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Mujeres, más ricas que hombres (salvo Federer)
SI SE ACUMULAN LAS GANANCIAS DE WOZNIACKI Y DE HALEP CON LAS DE CILIC Y CHUNG, SI AVANZA A LA FINAL - Ambas reúnen 42.519.895 dólares en premios, mientras que el suizo, que buscará hoy el boleto a la final de Australia ante el surcoreano, es el deportista más rico del planeta con 111.885.682 dólares.

Para alquilar balcones.Halep y Wozniacki protagonizarán una final apasionante en el Melbourne Park. No sólo irán por su primer título de Grand Slam sino que también estará en juego el N°1 del mundo, hoy en manos de la rumana. La campeona, además, embolsará 3.184.000 dólares.
Si Chung, de 21 años y profesional desde 2014, diera el batacazo del Abierto de Australia y eliminara al suizo, el surcoreano contribuiría con 1.709.608 dólares, de los cuales 390.000 dólares corresponden al Next Gen ATP Finals, el único trofeo en su ascendente y promisoria carrera, que esta semana tomó mayor repercusión tras dejar en el camino al serbio Novak Djokovic.
¿Por qué tanto hincapié en que sólo si Federer perdiera las ganancias de las mujeres finalistas superarían a la de los hombres? Porque, a los 36 años, el exnúmero uno del mundo es el deportista que más dinero facturó por ganar trofeos en toda la historia: ostenta 111.885.682 dólares desde 1998, año en el que comenzó su carrera profesional. En 2017, cuando venció al alemán Alexander Zverev en el Masters de Londres, había dejado atrás al golfista estadounidense Tiger Woods, quien con 110.061.012 dólares ocupaba ese sitial hasta entonces.
Por tal motivo, no hay equiparación de ganancias posible con Federer en la final del Abierto de Australia. La magnitud de su fortuna sólo es equiparable, hasta cierto punto, a la de la estadounidense Serena Williams (84.463.131 dólares), campeona el año pasado en el Melbourne Park y ausente en esta edición porque aún sigue acondicionándose físicamente tras ser madre en septiembre pasado.
De todos modos, al margen de esta rareza que podría producirse con Federer afuera de la definición, la igualdad salarial demoró en llegar a todos los Grand Slam. Salvo el US Open, que fue pionero al adoptarla en 1973, el resto se acopló en las últimas décadas, al calor de los insistentes reclamos de las jugadoras. El último en incorporarse fue Wimbledon, que después de años en negarse lo hizo en 2007. Australia y Roland Garros, los otros dos Majors restantes, no le llevan demasiada diferencia: el certamen oceánico lo hizo en 2001 y el francés, en 2006.
Incluso aún hoy existen torneos que reparten dinero de manera desigual, como por ejemplo el de Cincinnati, que forma parte de la gira previa al Abierto estadounidense. El campeón del 2017 fue el búlgaro Grigor Dimitrov, quien se llevó un premio de 954.225 dólares, mientras que la española Garbiñe Muguruza, quien festejó en la rama femenina, ganó 522.450 dólares, casi un 45 por ciento menos.
Si bien la igualdad en premios fue avanzando lentamente en el circuito, aún queda mucho trecho por recorrer para que sea plena y no hablemos de "rarezas".
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