27 de octubre 2010 - 00:00

‘‘Negar la Shoá es el nuevo antisemitismo’’

El canciller, Héctor Timerman, con Hanna Rosenthal, enviada del Departamento de Estado contra el Antisemitismo. La funcionaria se reunió con entidades comunitarias y visitó las tumbas de víctimas del atentado contra AMIA en el cementerio de La Tablada.
El canciller, Héctor Timerman, con Hanna Rosenthal, enviada del Departamento de Estado contra el Antisemitismo. La funcionaria se reunió con entidades comunitarias y visitó las tumbas de víctimas del atentado contra AMIA en el cementerio de La Tablada.
La causa AMIA, la creciente influencia de Irán en la región (en especial a través de Venezuela) y la negación de la Shoá (Holocausto) fueron los temas que trajeron a Buenos Aires a Hanna Rosenthal, embajadora permanente del Departamento de Estado para Combatir y Monitorear el Antisemitismo.

La funcionaria se reunió sucesivamente con el canciller Héctor Timerman, el fiscal Alberto Nisman y con dirigentes de la DAIA, la AMIA, Bnai Brith, la «Task Force» contra la negación de la Shoá, el Centro Wiesenthal y el Museo de la Shoá. También visitó las tumbas de las víctimas del peor atentado terrorista de la historia argentina en el cementerio de La Tablada. El comunicado distribuido por la Embajada de EE.UU. indica que esas reuniones se hicieron «para conocer más sobre la vibrante colectividad judía en el país».

La embajadora sucede en el cargo a Greg Rickman, que lo ocupó durante los últimos años de la administración de George W. Bush; esta hija de rabino y sobrevivientes del Holocausto ocupa su despacho en Washington desde la asunción de Barack Hussein Obama, y es la primera vez que Rosenthal visita la Argentina.

En su entrevista con el canciller Timerman, la enviada prometió que Estados Unidos seguirá apoyando al Gobierno y al pueblo de la Argentina en su búsqueda por llevar a juicio a los responsables del atentado contra la AMIA. «Este atentado seguirá siendo una herida abierta para la comunidad judía y para todos los argentinos hasta tanto la causa no sea resuelta», aseguró. La acompañaba la embajadora Vilma Socorro Martínez.

En la DAIA fue recibida por un grupo de dirigentes encabezado por su vicepresidente Angel Schindel (el titular Aldo Donzis está de viaje), y el primer tema que se tocó en el encuentro fue el documento emitido en conjunto con la AMIA denostando la respuesta de Irán al pedido del Gobierno argentino de juzgar en un «tercer país» a los acusados de haber organizado el atentado. También agradeció a los dirigentes el aporte que es para su trabajo el «Informe Sobre Antisemitismo» que elabora y publica la DAIA todos los años, una exhaustiva recopilación de los ataques judeofóbicos que se producen en el país.

El común denominador en todas las reuniones que mantuvo Rosenthal -incluida la que sostuvo con el canciller- fue la preocupación que provoca en Washington la cada vez más evidente presencia iraní en el subcontinente, de la mano de su estrecho vínculo con el régimen de Hugo Chávez.

Justamente la escala previa a Buenos Aires de la gira de la enviada fue Caracas, donde observó -dijo- una grave situación para la ahora reducida comunidad judía venezolana, que no está pasándola bien bajo el chavismo.

Recordó también que el Departamento de Estado (la cancillería estadounidense) elabora dos informes anuales: uno sobre las libertades religiosas y otro sobre derechos humanos. «El antisemitismo es el único tema incluido en ambos», reveló.

Hubo consenso en sus encuentros con dirigentes comunitarios que los ataques judeofóbicos se multiplican cada vez que el conflicto de Oriente Medio asume un cariz más violento. Los dirigentes locales le recordaron las consignas coreadas por grupos de izquierda y le exhibieron fotos de pintadas antijudías de los días de la ofensiva israelí en Gaza.

La funcionaria aseguró que el antisemitismo clásico hoy usa dos armas para refundarse: la negación de la Shoá y el supuesto antiisraelismo. Este fenómeno está en crecimiento, dijo, es especialmente evidente en el mundo islámico pero también en sectores extremistas y xenófobos de la mayoría de los países de Europa.

La funcionaria dejó el país anoche rumbo a Washington.

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