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Nuevo jefe de Smata quiere que se unifiquen gremios en CGT
En el estadio Luna Park, Pignanelli obró su primer milagro: juntó a Moyano con el jefe del sindicato de la Sanidad, Carlos West Ocampo, el «gordo» de la central obrera con el que más se detestan. Y frente a ellos prometió trabajar por «la unidad del movimiento obrero». El ascenso de Pignanelli en el SMATA significará un revés para el camionero por tratarse de un sindicalista más apegado a su gremio y menos proclive a aceptar los mandatos de Moyano.
El Gobierno, en tanto, hizo saber su beneplácito por la postulación de «Pigna». Cristina de Kirchner envió a Boudou, su candidato a vicepresidente, quien desgranó un discurso de neto corte obrerista: «Para un ministro de Economía no puede haber nada más importante que compartir un acto con los trabajadores», dijo el funcionario. Y arengó: «A partir del 11 de diciembre con Cristina, ni un paso atrás con este modelo industrialista y minga al Fondo Monetario Internacional».
Semejante atención tiene su explicación: para el Gobierno, el SMATA es un gremio estratégico, que agrupa a los trabajadores de la industria automotriz, la niña mimada del modelo kirchnerista. Pero, sobre todo, el ascenso de Pignanelli le ayudará a sostener al Ejecutivo su progresivo distanciamiento de Moyano en un eventual segundo mandato de Cristina de Kirchner.
El saliente «Paco» Manrique dedicó parte de su discurso de despedida -en rigor, seguirá en el gremio, pero en un lugar de menos exposición tras recurrentes problemas de salud- a reivindicar su alineamiento absoluto con Moyano. Y dio a entender, con lágrimas en los ojos, que el cambio de conducción será en realidad una continuidad de su gestión.
Moyano intentó hasta último momento retener a Manrique en el gremio de los mecánicos. Incluso, en ausencia de Pignanelli, organizó un encuentro en el sindicato junto con Manrique para limar sus diferencias con el taxista Omar Viviani, uno de los más molestos por el ninguneo del Gobierno a los gremios en el armado de las listas de candidatos para octubre.
Pignanelli, por su parte, festejaba anoche en su delegación de origen, en San Justo. Su cercanía con los delegados de base, sumada a su militancia política en La Matanza, de la mano de Alberto Balestrini, terminó de garantizarle un liderazgo sin discusiones al menos desde el arranque, en diciembre próximo.
Además de Moyano y West Ocampo, participaron del acto Viviani, Carlos Gdansky (metalúrgicos), Juan Carlos Schmid (dragado), y Alejandro Amor (municipales).
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