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Obama centró en la maltrecha economía su esperado discurso ante el Congreso
«Nunca he estado más esperanzado acerca del futuro de Estados Unidos que esta noche. A pesar de nuestras penurias, nuestra unión es fuerte. No nos rendimos. No renunciamos», dijo.
«Tenemos que reconocer que afrontamos en la actualidad más que un déficit de dólares. Afrontamos un déficit de confianza, dudas profundas y corrosivas que han crecido durante años sobre la forma en la que funciona Wa-shington», añadió el mandatario en su mensaje, que comenzó a las 21 hora local.
Promesa
Obama llenó de guiños a la clase media golpeada por la crisis económica y el desempleo del 10%, al prometer la creación de nuevos puestos de trabajo así como poner límites a la carga impositiva que recae sobre ese sector.
Se trata de un equilibrio difícil de lograr. Eso quedó claro en una frase que el mandatario pronunció anoche, al prometer una acción decidida del Estado para promover la creación de empleos pero sin dejar al país sumido «en una montaña de deudas».
«Enfrentamos grandes y difíciles desafíos. Y lo que los estadounidenses esperan, es que todos nosotros, demócratas y republicanos, resolvamos nuestras diferencias», afirmó el mandatario, que la semana pasada sufrió una dolorosa derrota en la renovación de una banca senatorial por Massachusetts que lo privó de la mayoría calificada en el cuerpo.
Pese a ello, se comprometió a seguir con su plan de reforma sanitaria, cuya votación pende de un hilo.
«Para cuando haya terminado de hablar esta noche, más estadounidenses habrán perdido su seguro de salud. Millones lo perderán este año», afirmó Obama. «No abandonaré a estos estadounidenses. Y tampoco deben abandonarlos los miembros del Congreso», arengó.
El mandatario pidió a los legisladores que acuerden restricciones a las contribuciones que los grupos de interés pueden dar a los candidatos y más transparencia en sus contactos con ellos. Se refirió así a un polémico fallo reciente de la Corte Suprema, que autorizó a las empresas y lobbies a hacer donaciones ilimitadas en resguardo del derecho a la libertad de expresión.
Exposición
El discurso anual ante el Congreso es la ocasión para que el presidente exponga a los estadounidenses su programa para el próximo ejercicio, pero en la actual coyuntura las palabras de Obama cobraron especial significación.
En paralelo a la derrota en Massachusetts, las encuestas han dejado de sonreírle.
Según un sondeo publicado ayer por el diario The Wall Street Journal, un 58% de los norteamericanos cree que el país va en la dirección equivocada, mientras que sólo el 28% está convencidos de que el Gobierno «funciona bien».
Muchos, sin embargo, afirman que la culpa la tiene el Congreso: el 93% destaca que el clima político está demasiado polarizado, el 84% lamenta la presión de las lobbies, y tres cuartos de los consultados creen que no se ha hecho lo suficiente para poner límites a los excesos de los bancos y a Wall Street.
Al mismo tiempo, el número de personas que aprueban el trabajo personal de Obama en materia económica subió 5 puntos hasta el 47%.
El resentimiento de muchos estadounidenses hacia los bancos, a quienes culpan de la actual crisis, motivó a Obama en los últimos días a lanzar una fuerte ofensiva, con un discurso inusualmente combativo y con propuestas para limitar sus ganancias y su crecimiento.
Tras los últimos reveses, el mandatario demócrata se lanzó a la tarea de «reconectar» con los votantes.
Agencias EFE, AFP, Reuters, ANSA y DPA
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