18 de febrero 2010 - 00:00

Obama: “no es posible segunda depresión”

Barack y Michelle Obama abandonando ayer el campus del Sidwell Friends School en Bethesda, donde participaron de una reunión de padres y profesores de su hija Sasha.
Barack y Michelle Obama abandonando ayer el campus del Sidwell Friends School en Bethesda, donde participaron de una reunión de padres y profesores de su hija Sasha.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, aseguró ayer que gracias al plan de salvataje puesto en marcha hace un año en ese país, una segunda depresión «no es más una posibilidad». Afirmó que de no haberse aplicado este programa, el desempleo hubiese sido «aún mayor» y aunque admitió que su Gobierno tiene mucho trabajo por hacer para mejorar la economía de los estadounidenses, el paquete de estímulo por u$s 787.000 millones rescató a los norteamericanos de «su peor crisis».

El programa de estímulo económico de EE.UU. entró ayer en su segundo año a un ritmo de gasto más acelerado.

El 17 de febrero de 2009, y ante la crisis financiera desatada, Obama firmó en Denver la ley que puso en sus manos el dinero para incentivar la actividad económica, lo que supuso su primer logro como presidente.

Estados Unidos pasaba por los días más conflictivos, en los que cada mes terminaba con 750.000 empleos destruidos, una tasa «de pesadilla», según dijo Jared Bernstein, uno de los asesores económicos más influyentes de la Casa Blanca.

«Nuestro trabajo está lejos de haber terminado, pero hemos sacado a la economía de lo peor de la crisis», recordó Obama ayer, en el primer aniversario del plan.

Hasta ahora, el Gobierno ha usado u$s 300.000 millones del programa de estímulo, un dinero con el cual ha creado o salvado unos dos millones de empleos, según la Casa Blanca y la Oficina de Presupuestos del Congreso.

El Gobierno pretende inyectar por lo menos u$s 32.000 millones al mes en la economía hasta setiembre, u$s 5.000 millones más que hasta ahora, según un informe presentado por el vicepresidente, Joseph Biden, encargado de coordinar el plan.

En su primer año, los fondos de estímulo se dedicaron a fines de fácil desembolso, como rebajas tributarias y ayudas a desempleados y a los estados para que no despidieran a profesores, policías y otros funcionarios.

El programa sostendrá la demanda en un momento en el que los hogares han recortado el gasto, lo que ayudará tanto a la economía del país como a la de sus socios comerciales.

Estados Unidos es capaz de mantener su nivel de gasto extraordinario pese a su alto déficit porque los inversores no han puesto en duda su capacidad de pagar la deuda, como sí ha ocurrido con países como Grecia, Portugal y España, lo que ha hecho saltar las primas de riesgo.

La mayor oposición al programa de estímulo está a nivel interno, pues los números rojos han asustado al público, que duda que merezca la pena tanto déficit. Tan sólo un 6% de los estadounidenses cree que el programa creará empleos, según una encuesta de CBS y The New York Times de la semana pasada.

Obama reconoció que para muchos estadounidenses la situación económica actual «no se siente aún como una recuperación», pero insiste en que sería mucho peor si no fuera por el programa de estímulo.

La administración estima que creará o salvará 1,5 millón de puestos de trabajo en 2010, pero reconoce que eso tendrá poco impacto en la tasa de desempleo. La desocupación afecta ahora al 9,7% de la población y el Gobierno prevé que sume el 10% en promedio este año. Los republicanos usan esas cifras como prueba de que el programa de estímulo ha fracasado.

Según un informe de la Casa Blanca, Obama sostuvo que proponer y llevar adelante el plan de rescate «no fue ciertamente una decisión políticamente fácil». Pero a dos años de implementado, se generaron más de 55 mil proyectos en todo el país y cerca de u$s 120 mil millones provistos en beneficios fiscales.

El Gobierno destaca que en el cuarto trimestre de 2009 la economía creció un 5,7%, lo que significa la mayor ganancia en seis años.

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