"Es la historia de un matrimonio mayor que durante 48 años veranea junto a una laguna, en donde la hija de la pareja (Emilia Mazer) tendrá la oportunidad de reconciliarse con su padre", señala Soriano. "La película gustó mucho por la magia de su paisaje y por la oportunidad histórica de ver trabajar a los dos Fonda, padre e hija, que en la vida no se llevaban bien, tal como sucede en la obra. Eso fue muy explotado. Además estaba Katherine Herpburn, una actriz exquisita y en cierto modo bellísima". Dialogamos con él:
Periodista: En la versión teatral no hay bellezas naturales ni accidente náutico a la vista ¿Cuál es su encanto?
Pepe Soriano: La mejor respuesta me la dio Agustín Alezzo que estuvo a punto de dirigirla con Miguel Ligero y Lydia Lamaison. Hará unos 15 días, me comentó en un estreno: "Esta es una obra del corazón". Y a mí me pareció la mejor de las explicaciones, porque lo importante son los vínculos, el crecimiento humano, el cambio que experimenta cada personaje, lo que siente por el otro. Sin haber visto la película, le dije al director, no sabemos si esta historia es veraz, pero hay que hacerla de la manera más verosímil.
P.: La hija, Emilia Mazer, pretende que sus padres cuiden, durante varias semanas, al hijo de su novio.
P.S.: Y eso enoja al padre que es un cascarrabias y no quiere ocuparse de ese adolescente. Y al chico (papel a cargo de Rodrigo Noya) le molesta que lo dejen con dos personas mayores y desconocidas para él. Pero el viejo y el chico se van a encariñar provocando los celos de la hija. ¿Qué la distanció de su padre? La vida misma. La manera de ser de uno y del otro. Ambos se parecen mucho.
P.: Usted ya interpretó a un anciano gruñón en "Visitando al señor Green".
P.S.: Este es muy diferente. Fue profesor universitario, es muy culto y no puede soportar las formalidades ni las reglas sociales. Sus sentimientos son tan profundos como los de su mujer, pero él es un cascarrabias y contesta mal. Ojo, que en algún punto tiene que ver conmigo. Yo también soy muy chinchudo.
P.: ¿En toda ocasión?
P.S.: No. Lo que me pone fatal e insoportable es el acto injusto. En estos días lo estoy pasando muy mal, porque en pleno festejo de los treinta años de democracia, todavía hay gente que utiliza los medios para fomentar la división. Pretenden sufrir por la polarización del país, pero con su odio y agresividad sólo generan un mayor enfrentamiento.
P.: Volvamos a la obra. ¿Cómo justificaron el acento castizo de su partenaire española?
P.S.: La explicación que se buscó es que el marido la conoció en España, durante un congreso en el que ella era traductora.
P.: ¿Usted tuvo problemas con el acento cuando trabajó en España?
P.S.: Yo siempre actué con acento español. Cuando hice de Franco en "Espérame en el cielo" me doblé a mí mismo. Sólo en dos películas hablé como argentino y fue a pedido expreso de cada director, uno de ellos fue mi gran amigo Fernando Fernán Gómez. Y cuando hice en teatro "Frank V" de Dürrenmatt dirigido por el maravilloso director catalán Mario Gaz, la gente se preguntaba en la platea quién era ese actor español que no conocían.
P.: Y ahora vuelve a probar suerte en Mar del Plata...
P.S.: Sí. El año pasado llevamos "Conversaciones con mamá. Mar del Plata ha crecido mucho en calidad de espectáculos y además tiene la particularidad de ser el único lugar de en el mundo occidental que siendo playa cuenta con un circuito teatral. Hace cuatro meses, el diario Le monde dijo que, hoy en día, la capital teatral del mundo occidental es Buenos Aires. Podemos estar orgullosos, tenemos 400 salas en funcionamiento.
Entrevista de Patricia Espinosa |
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