En una clase magistral de eficacia en ataque y de solvencia defensiva, Platense se dio un baño de ilusión en Avellaneda y le arruinó la fiesta del regreso al estadio Libertadores de América-Enrique Bochini a Independiente. Sin estridencias, el “Calamar” se impuso 2-1 y conservó el invicto ante el Rojo desde su regreso a Primera, con la yapa de haber expuesto las dificultades que tendrá el flamante ciclo de Leandro Stillitano para convertirse en un equipo regular y con aspiraciones.
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Platense frenó el envión de Independiente
A los 20 del primer tiempo, y cuando nada había pasado en las áreas, Vicente Taborda descubrió un resquicio a espaldas del defensor uruguayo Edgar Elizalde y Nicolás Castro definió de zurda ante el achique de Rodrigo Rey. En el entretiempo, el DT de Independiente metió mano e hizo ingresar a Nicolás Vallejo por Agustín Mulet, en un movimiento táctico que retrasó a Kevin López, la mejor carta de la primera etapa, que perdió injerencia en el juego. Con ello el Rojo aumentó su dominio, aunque simultáneamente sumó confusión y en el río revuelto hizo Platense hizo ganancia cual pescador. En su primera llegada, el ingresado Nicolás Servetto anticipó a Barreto a los 23 y cacheteó el 2-0 que pareció definitivo. Sin embargo, tres minutos más tarde y para nutrir la defensa, Palermo incorporó a Juan Pablo Pignani, quien antes de tocar la pelota forcejeó con Giménez, Darío Herrera (de floja labor) observó falta y Martín Cauteruccio no falló en el penal para ponerle emoción al final.
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