El canje de la deuda, una vez más, deberá aguardar. La razón, la de siempre: desde Olivos, no avalan la operación, en esta oportunidad, en medio de la campaña electoral. Estaba siendo impulsada desde el Ministerio de Economía y sobre los Boden 2012, un título de deuda, por el que se deben pagar u$s 2.300 millones el 3 de agosto. El plan inicial consistía en que se abonaba antes ese vencimiento, pero a cambio, se postergaban los pagos por u$s 7.000 millones de los siguientes tres años con la entrega de un nuevo papel de más largo plazo.
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El marketing era complejo para el Gobierno antes del 28 de junio. El nuevo papel a entregarse debería rendir en torno al 40% en dólares, que es lo que precisamente ofrecen a inversores los Boden en cuestión si se los conserva hasta el vencimiento. ¿Cómo explicar en medio de la campaña electoral que se lanza un título que paga casi el triple del rendimiento de la ya criticada emisión de Boden 2015 para Hugo Chávez en agosto de 2008? Imposible. Del otro lado, si se ponían condiciones más estrictas, la operación iba a derivar en un fracaso con sólo la banca pública participando del canje.
Otro mecanismo
Trascendió que Néstor Kirchner propuso un mecanismo diferente: ofrecer pagar ya un porcentaje, el 90% por ejemplo, del cupón del Boden 2012 que vence en agosto. Y sucesivamente ir subiendo ese porcentaje a medida que se acercaba la fecha oficial de pago, es decir, el 3 de abril. Habida cuenta del poco tiempo que resta, y del poco incentivo a los inversores para que participen, se dejó de lado también esta alternativa.
Como la mayoría de las medidas, todo quedará para después del 28 de junio. «Hasta las elecciones, esta oficina es una unidad básica», le dijo el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, a un empresario hace una semana. Fue en su despacho y en respuesta al pedido de incrementar los precios de un artículo sensible para la canasta básica del INDEC. Por ello es que también todo lo que sea incrementos de precios (los pocos que controla Moreno) deberá aguardar a los comicios. Otra contención importante es la que está efectuando sobre lo que sea reducción de personal, con llamados inmediatos a empresas que hagan importantes reducciones para revertir las medidas. Quizá por ello sea que ejecutivos hayan festejado el trabajo part-time matinal de Moreno en Massuh, dado que le resta tiempo para sus otras actividades.
En lo estrictamente financiero, no había urgencia por cierto para efectuar el canje de Boden 2012. El dinero lo tiene la Tesorería. Incluso tampoco se avizoran inconvenientes para lo que resta del año. Ya en 2010 surgen ciertas dudas en la plaza, pero ello es pensar en el larguísimo plazo por la dinámica propia que tiene la economía argentina. Lo que sí es envidiable es cuanto sucede en Brasil, que rápidamente, al ver el despegue del mercado, se hizo de u$s 750 millones emitiendo un bono a 10 años por el que paga un interés de apenas el 6% (luego del lanzamiento cayó aún más). Dejando geografía de lado, la Argentina está más cerca de Ucrania en ese sentido: la oficina de estadísticas de este país dejó de informar la variación mensual del PBI ante el derrumbe que estaba observándose. También se postergó la difusión de los datos trimestrales de la economía ucraniana, que sería del 8% en todo 2009. Un contagio argentino de larga distancia.
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