En una entrevista sobre temas políticos en El Cronista (28.09.18) el ministro Rogelio Frigerio sostuvo: "Lo importante es que la Argentina tenga el presupuesto". Entre otros problemas, este presupuesto ya quedó desactualizado con la nueva política monetaria decidida a partir del nuevo acuerdo con el FMI, que tenderá a reforzar la recesión por sobre lo ya calculado.
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En simultáneo, se ratificó como objetivo primario del BCRA frenar la inflación. Una vuelta a la Carta Orgánica de los noventa, un tema que probablemente se intente plasmar en una ley. El principal instrumento será el congelamiento de la base monetaria, o emisión cero. Una aclaración importante: este objetivo se ajustará con la estacionalidad de diciembre y junio, meses en los cuales aumenta significativamente este agregado y la totalidad de los depósitos. Pero, más allá de este ajuste temporal, emisión cero. El BCRA fue claro: "la base monetaria se estará contrayendo fuertemente en términos reales en los próximos meses".
Con el objetivo de continuar desarmando la posición de las Lebac y para mantener el crecimiento nulo de la base monetaria, el BCRA planea subir los encajes, hoy llamados "requisitos mínimos de liquidez". Esta decisión también achica la masa monetaria total (depósitos más dinero circulante), insumo esencial para el otorgamiento de créditos.
Estos temas son difíciles para la mayoría de los lectores que no son especializados en cuestiones monetarias, pero la decisión implica cero crecimiento en los créditos o, incluso, decrecimiento. En el contexto actual, donde muchas pymes tienen que enfrentar las presiones de las grandes empresas, y son obligadas a pagar a cortísimo plazo y cobrar con un importante rezago, la financiación es esencial. Ya las altas tasas complican este proceso, y si además va a faltar crédito, la cadena de pagos estará muy tensionada. Menos crédito a la producción es menos actividad y más recesión.
El esquema cambiario adoptado es el de bandas móviles, implementado a través de una zona de no intervención, cuando el tipo de cambio se encuentra dentro de la banda, inicialmente fijada entre los $34 y los $44, que se ajustará diariamente a una tasa de 3% mensual hasta fin de año. Si el dólar se ubicara por encima o por debajo de estos valores, entraría en la zona de intervención. En el caso que la supere, el BCRA "puede realizar" (verbos utilizados por Christine Lagarde en la comunicación del nuevo acuerdo) ventas diarias de moneda extranjera por hasta u$s150 millones, aclarándose desde el BCRA que "estas ventas no serán esterilizadas, generando una contracción adicional de la base monetaria que tenderá a corregir la depreciación excesiva".
Otra herramienta que resalta el BCRA para frenar la inflación es haber cesado el financiamiento al Tesoro Nacional. No obstante, éste no fue el principal factor expansivo del Tesoro en los últimos dos años. Entre 2016 y 2017, y mencionando cifras en miles de millones de pesos, el Tesoro recibió 140 por adelantos transitorios y 170 por transferencia de utilidades: en total, 310. Pero en el mismo período, el Tesoro vendió dólares al BCRA provenientes de su endeudamiento por 432, también generando expansión de base monetaria.
En resumen, el problema inflacionario intenta resolverse vía una fuerte recesión y contracción monetaria en términos reales. Al enfrentarse a una reducción significativa en la demanda, y menor cantidad de dinero para los pagos, las empresas no podrán aplicar la totalidad de alzas en los costos a los precios, y de esa forma los índices de inflación deberían ir bajando.
Un conocido editorialista de un medio especializado en economía sostuvo que Macri "dio el visto bueno a una receta como la que respalda el acuerdo con el FMI". Creo que es una idea errada: desde la firma del primer acuerdo, las condiciones de la economía argentina las impone el FMI. Y si bien las políticas van en la dirección que siempre orientó el Gobierno, no deja de ser una gran pérdida de soberanía, que condicionará gravemente a los futuros gobiernos.
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