La mayor prueba del fracaso de la política de estímulo del Gobierno norteamericano -que comentamos ayer- es la evolución del empleo. Cuando se implementaron los primeros planes en febrero de 2009 (ARRA) se afirmó que la desocupación nunca superaría el 9% y que para fines de 2013 estaría en el 5% ¡con o sin planes de estímulo! Sin embargo, la desocupación se movió por encima del 9% entre mayo de 2009 y septiembre de 2011 (el pico, el 10%, fue en octubre de 2009) y según la última medición (hoy salen los datos de diciembre) el 7% de los norteamericanos no tiene trabajo (y más del 20% tiene graves problemas laborales), un nivel que se debería haber perforado en noviembre de 2010. Lamentablemente, la situación y el fracaso de las políticas de estímulo neokeynesianas es mucho más grave, porque el número de personas que dejaron de buscar trabajo, inflando la estadística de los empleados, es el más alto desde marzo de 1978 (la participación laboral bajó del 66% a fines de 2007 al actual 63%). Continuando nuestro comentario del viernes pasado, el segundo argumento que se esgrime para justificar el "como viene enero, viene el año" se apoya en que el signo de las primeras 5 ruedas sería el del año. Los 41 arranques de enero alcistas del S&P500 desde 1950 (años con una suba anual promedio del 13,96%) se dieron en años ganadores el 88% de las veces. Los 23 años de inicios bajistas (promediando una suba del 0,22%) se dieron en años perdidosos el 48% de las veces. Cuando el año finalizó ganador, los primeros 5 días fueron alcistas el 74% de los casos mientras que, si finalizó perdedor, el arranque fue bajista en el 65% de los casos. Al ceder el 0,11% a 16.444,76 puntos, el 0,69% que perdió el Dow en las primeras cinco ruedas de 2014 (-0.59% el S&P500) trepa a -0,80%.
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