"El vuelo de una cucaracha estaría desatando un huracán", escribíamos el viernes en referencia a la caótica -por su efecto no lineal- devaluación del peso argentino (el índice MSCI del país se derrumba más del 22% en lo que va de enero, máxima merma mundial). Pero a esta altura la situación global ya parece haberse "desenganchado" de cualquier "efecto emergentes/fronterizos", para generar su propia dinámica. Ya comentamos en los dos últimos meses que la mayor parte de los inversores institucionales esperaban un 2014 flojo, pero recién a partir junio, y un mes de enero alcista repitiendo su comportamiento más habitual. Según esta perspectiva la baja que está sufriendo el mercado -internacional y norteamericano podría- sería mucho más significativa de lo que marcan los fríos números. Y no es que los números (empleamos valores de MSCI) sean no sean "malos": el mercado bursátil global pierde un 3% en lo que va del mes, los emergentes (IShares, el ETF más grande para capturar mercados emergentes) 10%, las acciones Chinas 6%, el Dow tras la mayor baja semanal en más de dos años -con el 0,26% que desanduvo ayer al cerrar en 15.837,88 puntos- 4,46%, las acciones alemanas 2,5%, las japonesas 1%, etc. Lo interesante es que, salvo un cambio en la percepción del riesgo, no ha ocurrido nada significativo y a menos que nos extendamos en el tiempo no podemos hablar de activos "sobrerecalentados" o burbujas (de hecho, la situación geopolítica y económica es la mejor de los últimos años y los balances no son malos). Si este escenario es correcto, o volvemos pronto al camino de récords, o la baja podría ser mucho más brutal de lo que cualquiera imaginaba. Usted escoja.
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