"Oí que miembros del Congreso creen que hay que enviar tropas a luchar y morir en Faluya. El presidente no está de acuerdo", aseguró el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en su primera conferencia de prensa del año.
El funcionario descartó así que Obama vaya a ceder a los reclamos de los senadores republicanos John McCain, y Lindsey Graham, quienes denunciaron que lo ocurrido en Faluya era "previsible" desde que la Casa Blanca decidió retirar las tropas de combate de Irak.
"Cuando Obama retiró todas las tropas estadounidenses de Irak, por encima de las objeciones de nuestros comandantes y líderes militares sobre el terreno, muchos de nosotros predijimos que el vacío sería llenado por los enemigos de EE.UU. y que emergería como una amenaza para nuestra seguridad nacional. Desafortunadamente, esa realidad es ahora más clara que nunca", afirmaron en una declaración conjunta.
Faluya fue el escenario de una de las más sangrientas batallas libradas por los marines estadounidenses durante la guerra de Irak. Según recordaron los medios estadounidenses, casi un tercio de los casi 4.500 militares norteamericanos muertos en territorio iraquí perecieron en la provincia sunita de Al Anbar, luchando contra los milicianos de Al Qaeda, grupo que logró desplegarse en el país precisamente a partir de la invasión estadounidense que desestructuró al Estado iraquí.
Esa provincia -donde se encuentra la ciudad en disputa- fue un bastión de Al Qaeda entre 2003 y 2007. Con la creación de milicias sunitas locales, el Ejército estadounidense logró hacer retroceder a los terroristas a partir de 2008. Que la red haya vuelto a las ciudades de Faluya -60 kilómetros al oeste de Bagdad- y de Ramadi -a 110 km de la capital- dos años después de la partida de los estadounidenses, reaviva nuevamente el conflicto de larga data entre sunitas y chiitas en Irak.
La administración de Obama reiteró ayer su apoyo a las autoridades iraquíes en su lucha antiterrorista, pero insistió en que es el Gobierno local el que debe "liderar" las operaciones contra los milicianos. El deterioro de la situación en Irak reunió, además, en la misma trinchera a Estados Unidos con Irán, puesto que Teherán ofreció equipamientos militares y asesoramiento para ayudar en el combate contra Al Qaeda. "Si los iraquíes lo piden, nosotros les proporcionaremos equipamiento y asesoramiento, pero no necesitan hombres", declaró el subjefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, general Mohamed Hejazi.
Como alternativa para calmar los ánimos en Washington, el Gobierno estadounidense está acelerando las entregas de ventas militares al extranjero (FMS) y trabajando para proporcionar un envío adicional de misiles Hellfire. "Son un pequeño elemento para la estrategia, pero demostraron su eficacia para evitar que el Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL) establezca sus refugios en el oeste de Irak", explicó Carney.
"También proporcionaremos 10 drones ScanEagle de vigilancia en las próximas semanas y otros 48 modelo Raven a final de año", agregó. Se trata de aviones no tripulados de costo reducido que tienen una autonomía de vuelo de 24 horas. Cerca de 75 misiles Hellfire fueron ya entregados a mediados de diciembre pasado.
"Estamos trabajando de cerca con los iraquíes para desarrollar una estrategia para aislar a los grupos afiliados a Al Qaeda y logramos algún éxito inicial en Ramadi", dijo Carney.
Por su parte, el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, pidió a los residentes de Faluya que expulsen ellos mismos a los combatientes de Al Qaeda. Pero hasta ahora los clanes locales fueron permisivos con los terroristas de ISIL y se centraron en impedir el avance del Ejército iraquí en la ciudad.
En la provincia occidental de Al Anbar residen muchos sunitas que ven en las fuerzas armadas una prolongación de los partidos chiitas en el Gobierno central. Su desconfianza hacia el "Ejército de Bagdad" aumentó después de que, a fines de diciembre, soldados desmantelaran violentamente un campamento de adversarios de Al Maliki en Faluya.
El premier advirtió, además, que de no expulsar a los terroristas habrá un "enfrentamiento armado" con la participación del Ejército. Poco después, las tropas del Gobierno se retiraron del margen este de la ciudad.
Agencias EFE, AFP, ANSA, DPA |
y Reuters, y Ámbito Financiero
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