San Pablo - En las próximas horas se anunciaría en forma oficial la compra de la alimentaria brasileña Sadia por su competidora Perdigao. La nueva empresa se llamará Brasil Foods, y será una de las más grandes del mundo en ese sector.
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Según la prensa brasileña, los abogados de ambas compañías estuvieron trabajando todo el fin de semana para dar forma al acuerdo que creará un gigante con exportaciones anuales en carnes superiores a los u$s 5.000 millones, e ingresos combinados superiores a los u$s 11.000 millones. La fusión, además, consolidará a Brasil como el principal exportador de carne vacuna del planeta. Con la fusión, la futura Brasil Foods será la mayor exportadora mundial de carnes procesadas. Entre ambas, venden sus productos en cien países.
Las versiones de la unión hicieron que, a pesar de la crisis de los mercados, el valor de las acciones de Sadia treparan casi un 21% en lo que va del año, mientras que las de Perdigao ganaron un 21,5%. En función de estas subas, el valor de mercado de la primera es hoy de unos u$s 1.600 millones, y el de Perdigao se acerca a u$s 3.600 millones.
Uno de los temas que discutieron los letrados fue el destino del Banco Concórdia, parte del grupo Sadia. Según versiones de la prensa paulista, los accionistas de Perdigao -entre los que se cuenta el fondo de pensiones Previ, que también lo es de Sadia- no quieren incluir a la entidad financiera en el holding alimentario Brasil Foods, por lo que se le está buscando comprador.
De la liquidación o venta del Concórdia se viene hablando desde hace semanas, y sería una de las principales causas de la demora en el cierre de la operación. Sadia, cabe recordarlo, aceptó la oferta de su competidor y comenzó a negociar a principios de este año luego de sufrir fuertes pérdidas el año pasado por malas inversiones en derivativos de divisas. Por eso, tras concretarse la venta, Sadia deberá desprenderse de activos para recortar su grave endeudamiento, que ronda los u$s 3.600 millones. La cifra es poco más del doble que la deuda de Perdigao, cuyo «market value» duplica al de su adquirida.
Fundada en 1934 por dos inmigrantes italianos (Saúl Brandalise y Angelo Ponzoni) como un almacén de ramos generales en Santa Catarina, Perdigao es desde 1994 controlada por fondos de pensión y la mayor parte de su capital flota en la Bolsa.
Por su parte, Sadia tiene hoy como accionistas principales a las familias Fontana y Furlan.
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