Veíamos ayer que cuando los ciclos de retraso cambiario en nuestro país fueron moderados (menores al actual 19,5% del oficial, 32 casos, 4 meses con un retraso de 8,4% en promedios), al finalizar el dólar pasaba a crecer ligeramente más en términos reales durante los seis meses subsiguientes (de -0,7% para el oficial en los seis meses previos a 0,1% y de 0,1% a 1,8% para el paralelo) y la inflación disminuía de un promedio mensual de 3% a 2,5%. A diferencia de esto, cuando el retraso fue significativo (mayor al actual; 22 casos, 11 meses y un retraso de 36,9%) se anotaba un salto en el comportamiento del billete (el oficial de -2,1% a 2,7% y el blue de -1% a 6,1%) y en la inflación (de 11% a 11,5% mensual). Si esto habla de algo es que cuando el atraso es circunstancial/moderado, el efecto posterior sobre la inflación y el peso/dólar podría ser neutro o beneficioso, mientras que cuando es “digitado” y relevante tiende a ser adverso, más duradero y con una aceleración significativa del dólar (en especial el paralelo; históricamente +1,4% mensual real) y la inflación. Así, la política de retrasar el tipo de cambio -dejamos de lado los efectos macro sobre reservas, pago de la deuda, déficit, etc.- no solo no ha servido para “calmar” la suba de los precios (la histórica mensual es de 4,9%, la de los ciclos de retraso cambiario 6,6%) sino que, como vimos, los recalentó a posteriori (esto sugiere que el retraso sería una señal de “riesgo”, generando más desconfianza). Nos quedó ver que pasó cuando el retraso fue similar al actual. Tenemos 14 ciclos en que “el oficial” cedió entre 15 y 25% en términos reales (duración promedio 6 meses y retraso 19,9%), que en promedio nos muestran a posteriori un efecto neutro sobre la inflación (de 5,95 a 5,8%) y moderado sobre el dólar (el oficial pasó, -6 a +6 meses, de un real -0,5% a 0,8% y el blue de +0,1% a 3,3%). Si la actual gestión finalizase a corto plazo el ciclo de retraso cambiario iniciado en diciembre 2020, y sin importar si el proceso de ajuste es más o menos rápido, podría salir relativamente indemne (en realidad lo de indemne, es para la gente). Si lo prolonga o profundiza, el panorama es otro y no es bueno. El blue 0,48% arriba a $208,50, la tasa de riesgo país 1,88% a 1786 pb, el S&P Merval cedió 0,10% a 83.747,84 puntos y los principales ADR perdieron 0,32%, anotando 12 bajas frente a 9 subas. Claramente los patitos se alinearon en contra, con “lo peor” (aunque podría ser lo mejor si refleja “no convalidación”) en los $624 millones tranzados en acciones (con 23 alzas, 3 sociedades sin cambio y 38 en baja), segundo mínimo desde el 29/9/21.
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