S&P advirtió a fines de diciembre que podría quitar a Rusia su calificación de grado de inversión tan pronto como a mediados de enero, después de un rápido deterioro de la flexibilidad monetaria del país y del debilitamiento de la economía. La agencia afirmó en un comunicado que los colchones fiscales de Rusia probablemente se deterioren debido a la creciente presión externa y el mayor respaldo del Gobierno a la economía nacional.
El recorte en la nota, de BBB- a BB+, marca la primera vez en más de 10 años que la deuda soberana rusa ha sido colocada debajo del grado de inversión, en lo que algunos denominan territorio "basura". La decisión no sólo podría dañar la imagen de Rusia entre los inversionistas, sino que también elevaría el costo del financiamiento, pues muchos de los principales fondos de inversión y de pensiones tienen reglas que les impiden comprar cualquier activo que carezca de grado de inversión.
Se prevé que la economía rusa caiga en recesión este año, en momentos en que las sanciones occidentales por el conflicto en Ucrania agitan la salida de capitales y la inflación, mientras que un persistente desplome de los precios del crudo deprime abruptamente los ingresos por sus exportaciones.
Consecuencias
Otras agencias podrían rebajar la calificación de Rusia a territorio "basura", lo que podría generar un impacto político sobre el presidente Vladímir Putin si la crisis económica se sigue profundizando. Pero el ministro de Finanzas, Anton Siluanov, descartó ese escenario.
S&P dijo en su comunicado que ve el crecimiento ruso cayendo fuerte en los próximos cuatro años, un 0,5% anual entre 2015 y 2018, bien por debajo del 2,4% de los cuatro años previos.
Agencia Reuters |
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