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Stomp: el salto del ruido al arte
Entre las novedades figuran nuevas rutinas con latas de pintura o llantas de tractor, pero están las sinfónicas con escobillones, las melodías construidas a partir de cajitas de fósforos o encendores Zippo, las estruendosas orquestas con tachos y latas, las ingeniosas coreografías con bolsitas de residuos, postes de madera, pelotas de básquet y, lo más clásico de todo, el cuerpo.
La compañía inglesa fue creada por Luke Cresswell y Steve McNicholas, cuya historia se remonta, como la de la mayoría de estos grupos, al espectáculo callejero. En los últimos quince años, Stomp pasó a ser una compañía artística transnacional que visitó más de 350 ciudades en 36 países de todo el mundo, como Corea, Brasil, Japón, Chile, China, Sudáfrica, Grecia y Australia. Tocaron en los lugares más exóticos, desde la Acrópolis en Atenas hasta la Casa Blanca.
Danisha Brown, directora de ensayos e integrante de Stomp, dialogó con este diario sobre el show: «Cambió mucho desde la visita en 2004, con números nuevos como Latas de pintura o Doughnuts, con llantas de un tractor, pero también estarán los momentos clásicos por los que todo el mundo identifica a Stomp, como el de las escobas o los tachos de basura. Sin embargo esos también han sido reciclados para que la música y la coreografía presenten un aire renovado».
Cada elenco de Stomp (hay cuatro compañías que giran alrededor del mundo) está compuesto por doce integrantes y otros seis completan el equipo técnico. El grupo llega con sus dos camiones, que cargan todo el set de utilería: pese a que se crea que esos objetos cotidianos pueden encontrarse en cualquier lugar y que no tiene sentido transportarlos de continente en continente, cuentan con cierta peculiaridad y tratamiento sonoro que los convierte en piezas únicas.
Brown señala: «Aunque tener cuatro compañías responde a un objetivo de negocios, cada compañía es única en la experiencia teatral, en el siguiente sentido: si el público viera a las cuatro compañías Stomp en la misma semana, podría sentir que ha visto diferentes shows cada vez. Un show de Stomp es algo que cambia dependiendo del elenco, la audiencia y la ciudad. También cada función es un hecho único».
Varios grupos surgieron con clara inspiración en Stomp, por caso, Mayumana (Israel) Olodum (Brasil), Blue man group (Estados Unidos) y hasta los locales El choque urbano. Brown se refirió a similitudes y semejanzas con algunos de ellos: «Olodum es una banda que toca tambores e instrumentos convencionales. Mayumana es mucho más movimiento basado a menudo en dividir músicos de bailarines. Nosotros somos una combinación de músicos, bailarines y actores. Nuestro movimiento no está centrado en la coreografía sino influido orgánicamente por la música. Siempre expresamos gratitud por las puertas que ellos nos han abierto a nosotros y porque reconozcan que nosotros se las abrimos a ellos».
Durante los últimos años se ha visto una reinvención en las rutinas de estos grupos no convencionales, que tras décadas de vida buscaron innovar. Hubo resultados dispares en las innovaciones de «La fura dels baus» o los desprendimientos de «De la guarda», en tanto los últimos shows del «Cirque du soleil» son tributos a «Los Beatles» y actualmente trabajan el homenaje a Michael Jackson. En cuanto a Stomp, ha colaborado con otros grupos o músicos como Momix o Quincy Jones, y también ha actuado en eventos privados o gubernamentales a los que fueron convocados. El proceso de decisión para aceptar o rechazar donde actuar, cuando no se trata de giras, lo toman los directores Luke Cresswell y Steve McNicholas.
Brown recordó la experiencia de actuar en la Casa Blanca, en ocasión de la celebración norteamericana del cambio de milenio. El show se realizó frente al presidente de entonces, Bill Clinton, además de otras figuras como Bono o Will Smith. «Es bueno actuar para las celebridades pero nosotros realmente disfrutamos mucho del público masivo, porque esperamos que, en algún punto, esa hora y media que se toman para venir a vernos, luego influya en como salen escuchando el mundo».
Entrevista de Carolina Liponetzky
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