13 de mayo 2009 - 00:00

¿También el cupo para las mujeres es testimonial?

María Laura Leguizamón.
María Laura Leguizamón.
Presentadas las listas de candidatos que competirán en las elecciones legislativas del próximo 28 de junio, surge el dato de un incremento de factores como el parentesco o la fama en el cumplimiento del cupo femenino. Ámbito Financiero preguntó a legisladoras de distintos partidos si estos mecanismos de conformación de listas no implican una devaluación de la participación femenina.

- «No es un problema nuevo, quizá hoy hay más casos llamativos», dice Marcela Rodríguez, diputada por la Coalición Cívica, con fuertes chances de renovar su mandato, pues ocupa el cuarto lugar en la lista del Acuerdo Cívico y Social por la provincia de Buenos Aires. «Un mecanismo legítimo para lograr una mayor equidad de género, como la ley de cupo, es utilizado para satisfacer los intereses de algunos varones, que se pretenden dueños de los cargos y deciden qué mujeres van en las listas», afirma Rodríguez, quien, de todos modos, aclara que «muchas mujeres, aun teniendo un apellido conocido, tienen trayectoria propia».

- Norma Morandini, diputada nacional por Córdoba y segunda en la lista de senadores por el Frente Cívico, detrás de Luis Juez, considera que «el cupo se cumple, pero todavía dependemos del dedo, se sigue poniendo a las esposas, hermanas, hijas o amantes, pero bueno, se va haciendo camino al andar». Cree que «no alcanza con que haya más mujeres si no se erradica el modelo matrimonial» y dice con ironía que ella misma entró a la política «de la mano de un hombre». Critica el uso del adjetivo testimonial, porque «testimonio es una prueba de verdad que los cristianos daban y pagaban con la vida; acá testimonio es mentira, es adorno, el riesgo es que las mujeres seamos adorno».

- Paula Bertol, que va 3ª en la lista del PRO para renovar su mandato como diputada nacional por la Capital Federal, elige citar a «una mujer muy valiosa del radicalismo» como es Florentina Gómez Miranda, para recordar que «el problema es que los cupos siguen manejados por la lapicera de los hombres». Pero añade que «lo bueno es que es cada vez es más una excepción y no la regla».

- Aunque admite que «todavía falta», María Laura Leguizamón, diputada por el Frente para la Victoria (provincia de Buenos Aires) con mandato hasta 2011, es decididamente optimista: «Puede ser que entren los parientes, pero se está avanzando: hoy hay mujeres muy representativas que han llegado por sí mismas y un buen ejemplo es la propia presidenta de la Nación, Cristina Kirchner». Compara este Congreso con el que conoció en el inicio de su carrera: «La conformación de la Cámara no es la misma ahora que en el 93, por protagonismo, por acceso a la discusión. Hace 15 años, las mujeres estaban acotadas a los temas sociales y el 80% de las comisiones eran presididas por hombres; hoy, las mujeres presiden muchas comisiones importantes, como derecho penal, y aunque no presidan la de presupuesto, discuten el Presupuesto». También ella hace la salvedad de que «muchas mujeres que, a la sazón, son esposas de gobernadores han hecho la carrera política a la par de sus maridos; no hay que discriminar por 'esposa de'. Puede haber casos inmerecidos, pero yo rescato el caso merecido. Miro la mitad del vaso lleno».

- Tampoco a Morandini le falta optimismo: «La palabra candidato viene de cándido, de los romanos que usaban togas blancas para mostrar honradez cuando aspiraban a una función. Creo que las mujeres podemos recuperar esa toga blanca siempre y cuando no sigan poniendo a la familia. Como periodista, conocí una cámara sin mujeres y hoy es visible la participación femenina y el resultado son muchas leyes referidas a género y derechos humanos. Y el diálogo. Yo dialogo con mujeres del oficialismo con respeto y libertad. No sucede así con los hombres, que miran con desconfianza».

- Rodríguez defiende las candidaturas femeninas en su fuerza: «Margarita Stolbizer, que encabeza nuestra lista en Buenos Aires, es una persona con muchísimos años de militancia, que no le debe el cargo a nadie. Incluso María Luisa Storani (hermana de Federico e hija de Conrado Storani) tiene, más allá de sus conexiones familiares, una militancia de años. En Capital, todo el mundo sabe que Elisa Carrió ha construido un liderazgo por mérito propio. Marta Velarde, 5ª en la lista, no fue apadrinada por ningún varón. Ella contradijo varios mandatos del oficialismo, mostrando independencia de criterio».

- La misma conformidad con el modo en el cual su fuerza integró a las mujeres tiene Paula Bertol: «En el PRO, desde nuestras primeras elecciones, estamos por encima de los requerimientos mínimos de cupo. En 2003, Gabriela Michetti fue cabeza de lista y a partir de ahí el rol de las mujeres en nuestro espacio creció rápidamente».

- En cuanto a la inclusión de personas conocidas en otros ámbitos públicos, como el artístico, Leguizamón dice que «el peronismo siempre se caracterizó por sumar» y que «hoy en la Cámara hay gente que viene del cine, de la literatura, periodistas». Para ella, es un modo «de enriquecer la política, porque la política no es de un sector de la sociedad, es de todos».

- Rodríguez, por su parte, dice que tampoco esto es nuevo: «Estamos acostumbrados a ver figuras del espectáculo o del deporte trasladadas a la política, no es privativo de la mujer. Se utiliza una instalación mediática previa, que no es fruto de la militancia, para tener réditos electorales».

- Para Morandini, «se cae en la tentación de creer que quien tiene popularidad ganada en otra actividad la puede transferir a la política y ése es el error porque la que está devaluada y debe recuperar prestigio es la política, que hoy sigue siendo un trueque de votos por favores y obediencia partidaria por encima de los intereses de las provincias».

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