9 de marzo 2010 - 00:00

Un freno al FMI y a la influencia de EE.UU.

Dominique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional, batalla para que el organismo salga fortalecido de la crisis financiera global. Pero Europa tiene planes diferentes.
Dominique Strauss-Kahn, director gerente del Fondo Monetario Internacional, batalla para que el organismo salga fortalecido de la crisis financiera global. Pero Europa tiene planes diferentes.
Berlín - Los primeros acercamientos para forjar un Fondo Monetario al estilo europeo podrían contribuir a superar los considerables obstáculos que han surgido a la hora de hacer frente a la batalla griega por salir de la actual crisis financiera, dicen los analistas.

Europa dio otro paso hacia la creación de un organismo que siga las líneas del Fondo Monetario Internacional radicado en Washington durante el fin de semana, cuando Alemania y Francia expresaron su apoyo a la iniciativa.

En efecto, aparte de organizar operaciones de rescate financiero en países en problemas, forjar un nuevo Fondo Monetario podría ayudar también a profundizar el proceso de integración europeo y a reafirmar los cimientos fiscales de la unión monetaria.

La idea de establecer un Fondo Monetario Europeo surge en un momento de agitación financiera que ha sacudido a Grecia y amenazado con extenderse a otras naciones, como España y Portugal, que están luchando por sanear sus arcas públicas después de la recesión global del año pasado.

«Los planes de Alemania y Francia para establecer un Fondo Monetario Europeo, aunque en un primer momento previsto para evitar la próxima Grecia, alimenta las esperanzas de un apoyo con recursos a largo plazo», dijo Ben May, economista europeo del grupo de estudios Capital Economics.

Funcionarios en Bruselas confirmaron que el Ejecutivo de la Unión Europea (UE) está considerando vías para crear un organismo con esas características diseñado para eliminar los riesgos de que se desate una crisis financiera en una parte de la eurozona y que desestabilice la divisa del bloque.

El Tratado de Maastricht de la UE rechaza que los 16 países de la eurozona lleven a cabo rescates financieros entre sí, ya que en último término podría poner en riesgo la estabilidad del euro. En cualquier caso, las sugerencias de que sean las economías más sólidas de la eurozona las que lancen el salvavidas a los Gobiernos bajo presión han generado resistencias políticas nacionales.

Incluso países como Alemania, que ha salido relativamente ilesa de lo que ha sido bautizado como la Gran Recesión, tienen problemas como consecuencia de la caída de ingresos en concepto de impuestos y el aumento del gasto público. Asimismo, a los políticos no les gustará explicar a sus votantes por qué han tenido que rescatar a otros países.

Al mismo tiempo, el establishment económico europeo no quiso que Grecia acudiera al FMI a buscar ayuda para contener sus desorbitados déficits y niveles de deuda. La semana pasada el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, descartó firmemente la intervención del FMI a la hora de ayudar a Grecia a lidiar con la actual crisis financiera.

En particular, los funcionarios europeos están preocupados por la posibilidad de que un Estado de la eurozona que recurra al FMI para solicitar asistencia y aumente así la influencia de otros miembros del organismo con sede en Washington, especialmente Estados Unidos y China, en la política económica europea. Esto podría traducirse en recomendaciones del FMI al euro, lo que podría, en última instancia, poner en entredicho la independencia del BCE. Como resultado, muchos europeos consideran una suerte de solución casera al problema introduciendo medidas encaminadas a estabilizar las economías nacionales en el bloque monetario, que se creó hace más de una década. El Fondo Monetario Europeo también contribuiría de forma relevante a gestionar las finanzas de los Estados individuales y posibilitaría también una actuación como sistema de advertencia previo a desastres financieros en países europeos.

«Estoy a favor de una mayor coordinación de las políticas económicas en la UE y en la eurozona», dijo el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang SchTMuble, al semanario dominical Die Welt am Sonntag.

Esta no es la primera vez que una región económica clave para el mundo considera crear una organización que ayude a estabilizar economías turbulentas. Algunas naciones asiáticas ya lo hicieron tras la tormenta financiera que sacudió al continente en 1997.

Los ministros de Finanzas tienen previsto discutir la propuesta de la Comisión Europea para la creación de un Fondo Monetario propio durante un encuentro informal en Madrid el mes que viene. La discusión pública sobre toda una serie de cuestiones acerca de operaciones, responsabilidades y financiación de tal organización ni siquiera se han puesto aún sobre la mesa.

Agencia DPA

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