27 de diciembre 2013 - 00:00

Un futuro diferente

Un futuro diferente
Una rueda más y finalizamos el año. Un año que ha sido excelente para quienes tenían acciones en sus carteras o apostaron por la suba de la moneda europea. Para quienes se volcaron por los bonos, commodities, otras monedas o mercados de segunda línea la cosa no es del todo clara, ya que dependiendo de los puntos de entrada o salida pudieron haber obtenido buenos o malos resultados (el lunes ponemos todo esto en números, así podemos separar la paja del trigo). Tal vez lo más significativo de estos últimos doce meses es que se rompió el comportamiento maniático que había despertado la crisis durante los cinco años previos, según el cual "todo subía" o "todo bajaba", dependiendo del temor de los inversores. Para decirlo de manera más clara, hemos vuelto a lo que podríamos llamar un mercado "normal", donde la fortuna depende de la habilidad para escoger "calidad" y no del "timming" o el espíritu de manada; lo que en lo personal nos causa una inmensa alegría (es mejor que se castiguen los errores y se premien los aciertos a que "todos ganen"). De continuar las cosas como en estos doce meses, lo único que podemos prometer es que la actividad de los inversores será más y no menos difícil que lo que ha sido en estos años. Esto dicho sin tener en consideración el cúmulo de problemas que enfrenta la economía, en particular a partir de finales del primer trimestre, cuando la política volverá a presentar su peor cara (el desastre del "Obamacare" ha envalentonado a los republicanos). Por lo pronto, lo visto en la rueda de ayer, cuando el Dow trepó el 0,75%, marcando un nuevo récord en 16.479,88 puntos y la tasa a 10 años superó el nivel del 3% anual es apenas un adelanto de lo que está por venir.

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