30 de agosto 2011 - 00:00

Una “papeleta” fallada puso a Bush en la Casa Blanca

El diseño de la boleta de votación presidencial de 2001, en este caso del condado de Palm Beach, generó una confusión que derivó votos en el ultranacionalista Pat Buchanan y se los quitó al demócrata Al Gore.
El diseño de la boleta de votación presidencial de 2001, en este caso del condado de Palm Beach, generó una confusión que derivó votos en el ultranacionalista Pat Buchanan y se los quitó al demócrata Al Gore.
George W. Bush accedió a la presidencia de EE.UU. el 20 de enero de 2001, luego de un turbio escrutinio en el estado de Florida. En particular, una boleta única mal confeccionada en el condado de Palm Beach resultó decisiva y se convirtió en un hito que demuestra que, en cuanto a sistemas electorales, el diablo está en los detalles.

Aquella competencia entre la fórmula republicana George W. Bush-Dick Cheney y la demócrata Al Gore-Joseph Lieberman se resolvió más de un mes después del 7 de noviembre, día de la votación. La Corte Suprema de EE.UU. dictaminó el 12 de diciembre no autorizar la revisión manual de todos los votos del estado sureño. Fueron siete semanas de palo y palo entre la Corte de Florida y el máximo tribunal nacional, que derribó uno a uno los fallos de la primera. Irregularidades al margen, debido a un sistema que otorga la totalidad de los representantes de cada estado para el Colegio Electoral al ganador del distrito, el republicano llegó a la presidencia del país habiendo sacado menos votos (47,9%) que su principal rival (48,4%).

Palm Beach fue determinante. Resulta que la supervisora electoral del condado, Theresa LePore, como todos sus colegas del país, se encontró con que las fórmulas eran demasiadas para poner una debajo de la otra en una misma boleta, y decidió implementar el diseño «mariposa», que consiste en un eje para marcar la opción y, repartidas en dos alas, a izquierda y derecha, las diez candidaturas, más la opción en blanco para que los libérrimos estadounidenses anotaran el nombre que les placiera. En total, once espacios, seis a un lado y cinco a otro. Lindo para el diseño pero catastrófico para los votantes distraídos, los de avanzada edad, o con problemas de visión o entendimiento.

En consecuencia, la opción para votar por Bush, primero en el orden, quedó bastante más clara que para hacerlo por Gore. El nombre del demócrata apareció segundo en la boleta, debajo del de Bush (ver aparte), pero el casillero a marcar por quienes deseaban votarlo en Palm Beach fue el tercero. Quien resultó beneficiado de la confusión fue Patrick Buchanan, un conservador ultranacionalista, precandidato presidencial republicano en 1992 y 1996, que se anotó con el sello del Partido de la Reforma para competir en 2000. Buchanan, ubicado primero en la hilera de la derecha, obtuvo en Palm Beach 3.407 sufragios, cifra inusitada en relación con lo obtenido en otros condados de Florida con similar perfil social.

Aun cuando no se podría descartar un súbito entusiasmo por Buchanan (un 0,4% de los votos a nivel nacional) en Palm Beach, resultó elocuente la cantidad de votos impugnados que dio cuenta del fallido. Según el recuento manual que hizo más tarde The Palm Beach Post, 5.330 confundidos electores marcaron tanto la opción de Gore como la de Buchanan, y 2.908 señalaron al demócrata y al socialista David McReynolds, también amontonado por ahí. Hubo sólo 1.631 votos nulos que marcaron tanto a Bush como a Buchanan, contra 8.238 que sumaron las equivocaciones combinadas Gore-Buchanan y Gore-McReynolds. Además, había otras dobles opciones hasta completar las 19.120 boletas impugnadas del distrito, y otros miles de casos en los que, según los demócratas, se aplicó un criterio demasiado restrictivo para anular votos no debidamente perforados, tanto en Palm Beach como otros condados.

No considerados los sufragios recurridos en Palm Beach (se barajó hasta repetir la votación de sus 450.000 electores) y anulado el recuento manual en todo el estado, el Partido Republicano obtuvo oficialmente en Florida 537 votos más que el demócrata. Con ello, se llevó los 25 representantes para el Colegio Electoral, donde el exgobernador de Texas sería consagrado presidente por 271 apoyos contra 267.

Un corresponsal del diario británico The Guardian, Martin Kettle, pintó en aquellos días el tenor de la confusión «en una zona que atrajo a fines del siglo XX a decenas de miles de jubilados del noreste de Estados Unidos, seducidos por el sol y la ausencia de impuestos a la renta. Muchos son judíos, la mayoría son demócratas y, para muchos de ellos, su vista no es la de antes. Como resultado de la confusión, miles votaron por el programa derechista, antiisraelí y aislacionista de Pat Buchanan. Cuando se dieron cuenta de su error, muchos marcaron el segundo espacio en la boleta electoral, invalidando sus votos».

Aquel «percance», «fraude» o «picardía», según los ojos que lo miren, no fue el único. En esa cita clave en Florida también se perdieron más de 10.700 sufragios en Miami-Dade, y en un plano aún más burdo, la Policía decidió hacer en Tallahassee, capital del estado, un control vehicular el día de la votación a las puertas de una escuela, lo que espantó a negros y latinos, demócratas en su mayoría.

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