31 de octubre 2018 - 00:00

Ya superministro, Guedes pone condiciones y apura la reforma jubilatoria

Desautorizó por ese tema al futuro jefe de gabinete de Brasil, Onyx Lorenzoni, y entusiasmó al mercado: la Bolsa cerró a su mayor nivel desde marzo. Hay cortorcircuitos también por la independencia del Central, la reducción de carteras y hasta por la agen

Dúo en tensión. Onyx Lorenzoni y Paulo Guedes, jefe de Gabinete y ministro económico de Bolsonaro. Ambos ya protagonizan disputas públicas sobre medidas y espacios de poder.
Dúo en tensión. Onyx Lorenzoni y Paulo Guedes, jefe de Gabinete y ministro económico de Bolsonaro. Ambos ya protagonizan disputas públicas sobre medidas y espacios de poder.
Río de Janeiro - Paulo Guedes, confirmado ayer como superministro económico de Jair Bolsonaro desde el 1 de enero, protagonizó un entredicho con el futuro ministro jefe de la Casa Civil (jefe de gabinete), Onyx Lorenzoni, al desautorizar expresiones de este que parecían quitarle urgencia a la reforma previsional y al afirmar que se la intentará aprobar este mismo año.

"Hay gente que dijo que no había prisa en hacer la reforma previsional y el mercado reaccionó mal", dijo el economista ortodoxo. "Es un político hablando de economía, como si yo saliera hablando de política: no va a salir bien", dijo en referencia a quien será su superior en el organigrama de Gobierno.

Esa aclaración contribuyó ayer a una suba del 3,69%, su mayor nivel desde el 12 de marzo, después de que el lunes borrara sus ganancias iniciales y cayera un 2,24%.

Lorenzoni había dicho el lunes en una entrevista que se intentaría hacer pasar por el Congreso la reforma jubilatoria, la más reclamada por el mercado debido a su impacto en las cuentas públicas, "de una vez", esto es evitando dividirla en varios proyectos menores. Asimismo, dijo que se avanzaría en un texto nuevo, sin aprovechar el ya presentado por el presidente saliente, Michel Temer, algo que podría acortar los plazos.

Según él, la propuesta actual es un "remiendo". "Queremos un proyecto de largo plazo, para cerca de treinta años", aseguró, en lo que fue interpretado como el inicio de un proceso largo, alejado de la urgencia que reclaman los inversores.

Guedes, por su parte, defiende la idea de que la reforma sea sometida este mismo año al Congreso, antes de su renovación, en colaboración con la administración saliente.

"Tenemos que controlar el gasto público, el déficit (fiscal) es galopante. Yo digo: aprueben la reforma previsional", dijo el economista.

"Vamos a crear un nuevo régimen previsional con régimen de capitalización, pero hay un sistema antiguo que está ahí, por lo que es necesario concertar y corregir sus problemas. Nuestro sistema previsional es un avión con cinco bombas a bordo que pueden explotar en cualquier momento", urgió.

Las declaraciones de Guedes se produjeron el mismo día en que Lorenzoni lo confirmó como cabeza de un superministerio que combinará las actuales carteras de Planificación, Hacienda e Industria.

El cortocircuito entre los dos hombres fuertes del futuro gabinete se suma a otros, vinculados a la fusión de ministerios y hasta a la agenda oficial de viajes del mandatario electo al exterior, lo que contribuye a proyectar una imagen de desorden en la transición.

Bolsonaro quiere recortar el gabinete de 29 a 15 o 16 ministerios, un plan que incluye además combinar las carteras de Agricultura y Medio Ambiente, informaron sus más importantes asesores. Su idea es dar, con eso, una fuerte señal de que Brasil avanzará rápidamente hacia el equilibrio fiscal.

La fusión de los ministerios había sido cuestionada por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), que protestó por la pérdida de autonomía de la cartera del sector.

"La industria no puede estar ligada a un área que tiene como prioridades el aumento de los ingresos tributarios y la reducción de gastos. Los ministerios de Hacienda y Planeamiento desempeñan papeles específicos. ¿Quién va a defender las políticas industriales?", dijo el lunes 22 de octubre en un comunicado el presidente de la CNI, Robson Andrade.

Ante esa queja, Bolsonaro prometió escuchar y aseguró que daría marcha atrás, pero las exigencias de Guedes, garante del apoyo del mercado financiero a la nueva administración, pesó más.

Por otra parte, Bolsonaro había asegurado que instruyó a Guedes para "establecer metas para el dólar, la inflación y la tasa de interés. El presidente del Banco Central tendrá libertad para decidir dentro de qué parámetros. El control de la inflación no puede solamente por la tasa de interés".

El propio Lorenzoni ratificó esa posición el lunes, pero ayer Guedes afirmó que el Central no manejará el tipo de cambio.

Según afirmó, la autoridad monetaria será independiente y tendrá un mandato que no coincidirá con el del presidente de la República. Según él, la independencia del Banco Central será consagrada por ley, para lograr que la discusión sobre la permanencia de su presidente no exista más. "Esta es la última vez que va a existir esa incertidumbre durante una elección", dijo. Asimismo, señaló que su voluntad es que continúa en su cargo el actual titular, Ilan Goldfajn.

Asimismo, el presidente del Partido Social Liberal (PSL), Gustavo Bebianno, desmintió lo dicho el lunes por Lorenzoni en el sentido de que los primeros destinos internacionales de Bolsonaro serán Chile, EE.UU. e Israel (ver página 17).

Ámbito Financiero y Agencia Reuters

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