A poco de cerrar el año, el balance teatral indica que se volvió a índices de espectadores previos a la pandemia e inclusive superiores. Comenzó con un verano récord que se replicó durante 2023, con insoslayable empuje del turismo. Según el último estudio de Alternativa Teatral junto con Enfoque Consumos Culturales, que investigaron sobre el comportamiento de las audiencias, el papel de las redes sociales, la afectividad y la identificación grupal son clave tanto en el acercamiento de nuevos públicos como en el sostenimiento de la relación de los espectadores con el teatro.
El teatro cierra en alza con índices prepandemia
Los datos surgen de los estudios de Alternativa Teatral, junto con Enfoque Consumos Culturales.
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Para el 70% del público, tener alguien con quien ir a ver una obra es clave. El 56% elige amigos y el 43% prefiere ir en pareja. La participación es mayor en aquellos que lo hacen con amistades. Los vínculos tienen una injerencia fundamental en el acercamiento de nuevos públicos a las artes escénicas: la mayoría de quienes van por primera vez es porque alguien los llevó. Ante la pregunta por cómo informarse sobre obras en cartel, las principales fuentes fueron Instagram (47%), recomendaciones de familiares, amigos y conocidos (39%) y Alternativa Teatral para conocer las opiniones del público (32%). Las redes sociales ganaron terreno entre las principales fuentes de información y si bien esta tendencia se observaba antes de la pandemia, el uso de las redes sociales se fortaleció en la pospandemia.
El peso surge de la recomendación, sobre todo de pares, a la hora de elegir una obra o la experiencia que se completa con la salida posterior, a cenar o tomar algo, donde se habla de lo visto. Así, el lugar de las redes no virtuales también contribuyen a la construcción de gustos y hábitos. Para 7 de cada 10 personas es importante contar con la compañía de alguien para ir al teatro. Por otra parte, 9 de cada 10 realizan alguna actividad posterior, principalmente ir a cenar (60%) o a tomar algo (23%), donde además se habla de las obras vistas.
El informe surge de encuestas y entrevistas presenciales, antes y después de las funciones, en Timbre 4, Border, El Método Kairós, El Galpón de Guevara y El Extranjero. Se apuntó a comprender cómo se daba la experiencia de participación para evaluar si se habían producido transformaciones en los consumos, luego de un 2020 de salas cerradas y consumos exclusivamente virtuales, un 2021 de retorno con aforos reducidos y protocolos sanitarios, y un 2022 de rebote de asistencia, para llegar en 2023 a la “nueva” normalidad.
Los públicos consultados observaron que la concurrencia a salas se dio con alegría y entusiasmo como una suerte de revancha combinada con una revalorización, después de haber tenido que interrumpir la práctica durante mucho tiempo. Los criterios de selección de las obras también están atravesados por las sociabilidades. Las sugerencias más valoradas son, para el 86%, las que provienen de pares, sobre todo entre las personas menores a 49 años.
Las diversas razones por las cuales los nuevos públicos explican su iniciación en las artes escénicas también dan cuenta del papel de los entramados vinculares en el contacto con nuevas prácticas de consumo cultural. El 37% se acercó porque alguien lo llevó; 27% buscando experiencias diferentes; 27% porque empezó a estudiar artes escénicas o carreras afines; y 14% por cuestiones prácticas que facilitaron el acceso.
Se concluye que la relevancia de la trama social en el acercamiento y sostenimiento de las relaciones de los públicos con las ofertas culturales puede haberse fortalecido en la pospandemia, luego de un tiempo en el que no fue posible encontrarse. De la encuesta se desprende que 6 de cada 10 personas modificaron su frecuencia de participación en la pospandemia: 29% asisten más y 29% menos. Las principales razones del incremento de la concurrencia son el interés en apoyar al teatro independiente, el deseo de asistir más por haber sufrido la interrupción de esta práctica y una atracción mayor por la oferta actual. En cambio, quienes participan menos lo atribuyen a una menor disponibilidad de tiempo, a aspectos económicos y a la pérdida de la costumbre.
Un dato a subrayar es que, tanto entre quienes incrementaron la asistencia en esta etapa, como entre los nuevos públicos, hay una mayor proporción de jóvenes. Entre los cambios de hábitos en la pospandemia consultados a través de la encuesta hay transformaciones en la previa a la concurrencia al teatro que dan cuenta de que se prefiere no correr riesgos a la hora de elegir. La mitad de las personas hace una selección más exhaustiva de las obras: 51% dice que se informa más sobre lo que quiere ver antes de comprar una entrada y 46% que elige con mayor precisión las obras. La crisis económica también tiene impacto: el 45% le presta más atención al costo de la entrada.
Las obras más vistas en el circuito comercial de la última semana de noviembre hasta el 3 de diciembre fueron “Piaf”, “Fuerza Bruta”, “Los mosqueteros del rey”, “Tom, Dick y Harry”, con Mariano Martínez, Gabriela Sari y Jorge Noya en el Multiteatro; el stand up de Connie Ballarini en el Maipo; “Lo que el río hace”, de las hermanas Marull en el Astros; “Toc Toc”, con 13 temporadas en cartel en el Multiteatro; “Antígona en el baño”, comedia con Verónica Llinás, Héctor Díaz y Esteban Lamothe en el Astral; “Cómo provocar un incendio”, de y con Gonzalo Heredia, con Eugenia Tobal, Laura Azcurra y Nicolás García Hume, en el Multiteatro; y “Coqueluche”, adaptada por José María Muscari, en el Multiteatro.
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