18 de mayo 2009 - 15:02
El castillo de Vauvenargues de Picasso abre por primera vez al público
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"Le village de Vauvenargues"
La exposición "Picasso-Cézanne" esbozará, a través de las obras de los dos artistas, los contornos de una filiación reivindicada por Picasso que se describía como un especialista y un coleccionistas del pintor francés, considerado como el padre de la pintura moderna.
En total, ya se vendieron más de 100 mil entradas para las dos exposiciones y cada semana se venden en promedio unas 1.500. En Vauvenargues, se esperan unos 40 mil visitantes.
Para Bruno Ely, responsable de la exposición, "la idea no es hacer una puesta en paralelo de los dos pintores, sino de mostrar cómo Cézanne es el punto de partida para Picasso, como se nutrió (de esta influencia) durante toda su vida, extrapolando y reinventando".
No hay redundancia entre la exposición en Aix en Provence y la del Grand Palais de París, que registró 783.352 visitantes del 8 de octubre de 2008 al 2 de febrero de 2009. "Que las dos exposiciones se sucedan es el fruto del azar. Pero es una forma continuidad, de complemento", se felicitó Bruno Ely, destacando que en Aix no habrá las mismas telas que en París.
Entre las obras, figurarán "La mujer de la mandolina (1909) y "Jacqueline sentada en un sofá" de Picasso, "El retrato de Gustave Geffroy" y "Bethsabée" de Cézanne.
"Tendremos también las más bellas telas del periodo de Vauvenargues, entre los cuales paisajes y naturalezas muertas", destacó Bruno Ely. "Telas en las que los colores rojo, verde, amarillo reflejan la nostalgia de Picasso por su país natal, al que se negó a volver mientras el dictador Francisco Franco estuviese en el poder.
Al mismo tiempo que la exposición, los aficionados podrán recorrer los lugares de vida y de creación de Picasso en la región, desde Arles a Antibes, y descubrir dibujos, pinturas, cerámicas e incluso la bóveda de una capilla.
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