Aparentemente el best seller de John Grogan sobre sus experiencias con un perro Labrador demasiado inquieto (el Marley del título) estaba lleno de lecciones de vida curiosamente impartidas por el perro a su amo. Esta comedia dramática, que de a poco se va volviendo melodrama canino, empieza como una comedia con perro bastante convencional.
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Owen Wilson es un periodista, igual que su mujer Jennifer Aniston. El consigue un nuevo trabajo en un diario donde el jefe Alan Arkin le pide que se convierta en columnista. Al mismo tiempo la pareja se compra al cachorrito Labrador Marley, que resiste cualquier tipo de entrenamiento y hace desastres sin parar. El periodista decide contar algunas de sus experiencias con el perro en su columna, y todo marcha bien salvo cosas de la vida misma, como por ejemplo el fallido primer intento de la pareja de ser padres.
Este momento de la película es un punto de inflexión hacia el curioso tono de drama de la segunda parte. Pocos films se dedican a contar el envejecimiento, visitas al veterinario y otros momentos agridulces de la vida de una mascota, y en este sentido hay que reconocer que «Marley yo» tiene bastante audacia, sin que eso implique que escape del todo a la melosidad general de cualquier drama con animalitos.
Por otro lado, las escenas cómicas son genuinamente graciosas, empezando por un encuentro entre Marley y una entrenadora canina profesional (Kathleen Turner), que casi termina siendo violada por el Labrador.
Los protagonistas humanos soportan bien ser superados en muchas escenas por Marley (en realidad, no es un perro, sino 22 animales para componer un solo personaje), especialmente, Alan Arkin, el único que tuvo la astucia de no tener una sola escena junto al animal.
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