14 de septiembre 2007 - 00:00

"Sobra snobismo en los operadores de la cultura"

Pippo Delbono: el actor y director italiano presenta «Il silenzio» y «Racconti di giugno» en el Festival de Buenos Aires.
Pippo Delbono: el actor y director italiano presenta «Il silenzio » y «Racconti di giugno» en el Festival de Buenos Aires.
"En Italia el teatro está muerto" dijo a este diario el actor, director y cineasta italiano Pippo Delbono que está participando junto a su compañía del VI Festival de Buenos Aires. Según el artista, «el problema no son los italianos sino la clase política que es muy mediocre y no entiende que 'cultura' es trabajar para las próximas generaciones, no para las próximas elecciones».

En esta tercera visita a la Argentina (la última fue hace diez años), Delbono incluyó dos espectáculos: «Il silenzio», donde asocia el terremoto que en 1968 destruyó la ciudad de Gibellina (en el sur de Italia) con los «temblores sociales que sacudieron el mundo ese mismo año» y el unipersonal «Racconti di giugno», en el que Delbono se atreve a hablar a calzón quitado sobre su familia, sus años de locura, el descubrimiento del amor y la homosexualidad. También reflexiona sobre su vocación teatral, evoca la creación de su compañía junto al actor argentino Pepe Robledo y su epifánico encuentro con Bobó, un sordomudo de 71 años que pasó casi cuatro décadas de su vida en un neuropsiquiátrico de Nápoles y que luego se transformó en la gran estrella de este grupo teatral.

Pese a ser una celebridad en toda Italia («A mí me encanta cuando viene gente que me dice: «Nosotros nunca vamos al teatro, sólo vemos tus espectáculos»), y también en París, donde ya ofreció varias retrospectivas de su obra, Delbono se queja de que algunos críticos italianos los rechazan por ser «demasiado popular». En el fondo lo que les parece indigerible es su decisión de incorporar a la compañía todo tipo de indigentes y minusválidos, entre ellos Armando, un discapacitado por poliomelitis que deambula por las calles napolitanas y el incansable rapero Mr.Puma.

«Algunos críticos pensaban que yo iba a trabajar con gente así en un solo espectáculo, pero seguimos trabajando juntos y ahora somos la compañía más estable de Italia. Hacemos un teatro que pone en crisis algunas seguridades y eso molesta.»

Periodista: Usted trabajó con el Odin Theater y con Pina Bausch ¿Qué lo llevó a trabajar con gente como Bobó?

Pippo Delbono: Bobó llegó a mi vida en un momento muy terrible, yo estaba muy enfermo pero sobre todo de la cabeza y él me ayudó a poner los pies en la tierra y a estar mucho más cerca de la gente. Hizo que el arte entrara en mi vida y se fundiera con ella. Nuestro teatro no es fácil ni lógico, pide una comprensión poética y cuando Bobó aparece en escena transmite una humanidad muy profunda. Además, es un actor nato que tiene mucho de los personajes de la Commedia dell arte. Pulcinella, Arlequino, son seres marginados por la sociedad al igual que muchos personajes de Shakespeare. No es nueva esta historia de trabajar con gente de la calle, pero nos olvidamos de estas cosas.

P.: ¿A qué se refiere?

P.D.:
A que hay una total indiferencia hacia lo humano. Este es un momento histórico, donde hay mucha gente que quiere que el arte no sea otra cosa que intelectualidad. Hay mucho snobismo en los operadores culturales y en los programadores de festivales y yo estoy totalmente en contra de ese lobby cultural y artístico que ha contribuido a generar una Europa reaccionaria y adicta a la televisión. Es necesario volver a experiencias más humanas y comprometidas con la gente, como por ejemplo lo que hace Ariane Mnouchkine. El teatro no es sólo estética, es ética. Bobó vive en mi casa y dentro de nuestra compañía éste es un hecho político, de convivencia sin retórica. Bobó nos da muchísimo como persona y como actor, pero también hay que atenderlo y ayudarlo porque ni siquiera sabe tomar un bus.

P.: ¿Y esas dificultades no complican su tarea teatral?

P.D.: Al contrario le dan una gran fuerza porque el teatro es producto de una red humana, o como decía Bergman: «el teatro son sólo relaciones entre las personas si no hay eso el teatro no existe».

«Il silenzio» se exhibirá hasta el domingo en el Teatro Alvear. «Racconti di giugno» tiene funciones hoy y mañana en el Teatro Sarmiento, y a partir de las semana próxma participará del Circuito de Festivales Internacionales que organizó el Instituto Nacional del Teatro en las ciudades de Rosario, Ushuaia, Río Gallegos, Mendoza y Córdoba (Festival del MERCOSUR).

Entrevista de Patricia Espinosa

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