El Institute of International Finance (IIF), think tank de la banca internacional, visitó días atrás el país con un grupo de inversores para tener de primer mano la realidad de la economía argentina y sacar conclusiones sobre las perspectivas del programa económico. Tras destacar los logros en materia fiscal, inflacionaria y cambiaria, los economistas del IIF, Marcello Estevão y Martín Castellano, señalaron en un reciente informe que los inversores globales se mantienen cautelosos dado que los colchones externos son limitados, el sistema financiero aún es pequeño y el historial de inestabilidad de Argentina lastra las expectativas.
El "think tank" de la banca internacional destacó los logros fiscales, monetarios e inflacionarios de la Argentina, pero exigieron reformas
La influyente entidad que representa a los principales bancos y fondos de inversión del mundo celebra los logros económicos del gobierno, pero reconoce que los inversores globales quieren ver que se consolide el programa y vengan las reformas prometidas, y no sea otra historia repetida.
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La influyente entidad que representa a los principales bancos y fondos de inversión del mundo celebra los logros económicos del gobierno.
Explican que para “mantener el progreso (fiscal, inflacionario y cambiario) se requerirá profundizar las reformas, asegurar el respaldo institucional y movilizar la inversión privada”. Por ende, advierten que “los próximos meses serán decisivos para mostrar si esta estabilización marca una ruptura duradera con el pasado u otro capítulo en su historia cíclica”. Dicen que hoy Argentina ,”ofrece a los inversores una inusual combinación de promesa e incertidumbre”.
Lo más relevante del informe ”Argentina: A Credibility Play in Motion” del IIF
• Argentina está atravesando uno de los esfuerzos de estabilización más audaces en la historia reciente de los mercados emergentes, basado en la disciplina fiscal y el estado de derecho.
• La inflación cayó al 40% desde más del 270% hace un año tras fuertes recortes del gasto real (aproximadamente un 30%) y la implementación de una política monetaria más restrictiva. Los diferenciales de los bonos soberanos se han reducido, lo que refleja la recuperación de la confianza de los inversores, pero persisten los riesgos.
• Si bien las restricciones cambiarias aún se aplican a las corporaciones, los individuos ahora disfrutan de acceso total al mercado, viendo cómo los controles se flexibilizan mientras que un tipo de cambio unificado señala una normalización.
• La combinación de políticas es coherente y enfocada, evitando promesas excesivas y priorizando la ejecución consistente. Los diferenciales de los bonos soberanos se han reducido, lo que refleja la mejora de la credibilidad y la creciente confianza de los inversores, todo ello sin generar disrupciones sociales ni financieras.
• El crédito al sector privado está aumentando y los bancos están abandonando los títulos públicos. Los bienes transables (agricultura, energía, minería) cobran impulso gracias a la desregulación y la estabilidad de las condiciones macroeconómicas.
• Para liberar todo el potencial de Argentina se requieren reformas estructurales. Las reformas tributarias, laborales y de infraestructura siguen siendo urgentes. Institucionalizar las ganancias fiscales es esencial para consolidar el progreso.
• Los colchones externos siguen siendo escasos. Mantener el progreso que Argentina ha logrado hasta ahora requerirá profundizar las reformas, asegurar el respaldo institucional y movilizar la inversión privada, todos factores clave para gestionar el riesgo.
• Las conversaciones con el sector privado revelaron un optimismo cauteloso. Si bien la penetración de las hipotecas se mantiene muy por debajo de la de sus pares regionales, el mercado de crédito a largo plazo está comenzando a reactivarse. Varios banqueros enfatizaron la necesidad de desarrollar un mercado de titulización para expandir el financiamiento de viviendas y ayudar a cerrar la brecha de vivienda en Argentina.
• La economía real también muestra signos de recuperación, especialmente en los sectores transables. Representantes de los sectores agrícola, minero y energético destacaron la mejora de las condiciones de inversión impulsada por la estabilización macroeconómica, la desregulación y un entorno político más predecible. La eliminación de impuestos y trabas burocráticas, sumada a un tipo de cambio flotante, permite a las empresas planificar una expansión a largo plazo. Sin embargo, los participantes enfatizaron que para liberar todo el potencial de Argentina se requerirán nuevas inversiones en infraestructura, especialmente en oleoductos, puertos y transporte.
• También advirtieron que la agenda de reformas sigue siendo vulnerable a la incertidumbre política, incluidas las próximas elecciones intermedias de octubre, aunque se espera un buen desempeño del gobierno. Con un consenso legislativo limitado y la proximidad de las elecciones, es posible que se retrasen los cambios estructurales. Las reformas laborales y tributarias se consideraron esenciales para mejorar la productividad y atraer inversión. La institucionalización de la disciplina fiscal mediante mecanismos legales o constitucionales fue una sugerencia recurrente para garantizar la sostenibilidad a largo plazo.
• La confianza de los inversores ha cambiado hacia una dirección positiva. Muchos participantes reconocieron haber subestimado la velocidad y la magnitud del ajuste. Los funcionarios gubernamentales transmitieron una sensación de competencia técnica y un firme compromiso con las reformas. No obstante, los inversores globales se mantienen cautelosos.
El apoyo multilateral desempeña un papel fundamental, pero una mayor acumulación de reservas y la credibilidad de las políticas son clave para mitigar la volatilidad.
• En general, Argentina ha superado las expectativas en la fase inicial de su recuperación económica. Lograr una consolidación fiscal anticipada, controlar la inflación y simplificar el régimen cambiario en cuestión de meses es un logro notable. Sin embargo, mantener este progreso requerirá profundizar las reformas, asegurar el respaldo institucional y movilizar la inversión privada. Hoy en día, Argentina ofrece a los inversores una inusual combinación de promesa e incertidumbre. Los próximos meses serán decisivos para mostrar si esta estabilización marca una ruptura duradera con el pasado u otro capítulo en su historia cíclica.
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