Científicos del CONICET recibieron un importante subsidio para investigar tratamientos contra el Alzheimer

El mismo fue otorgado por una de las más importantes organizaciones sin fines de lucro que lucha contra esta enfermedad. Esta afección neurodegenerativa afecta a más de 500 mil personas en Argentina.

El equipo científico liderado por Lucas J. Sosa se completa con las científicas Valentina Gesto y Romina Aimar.

El equipo científico liderado por Lucas J. Sosa se completa con las científicas Valentina Gesto y Romina Aimar.

CONICET

La Alzheimer’s Association, una organización sin fines de lucro de Estados Unidos dedicada a financiar investigaciones sobre enfermedades neurodegenerativas, confirmó el otorgamiento de subsidios a dos proyectos desarrollados por científicos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) en el Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (CIQUIBIC, CONICET-UNC). Los mismos están enfocados en la búsqueda de posibles tratamientos contra el Alzheimer.

El Alzheimer es un tipo de demencia que afecta a más de 30 millones de personas en el mundo y provoca, de forma progresiva, alteraciones en la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas iniciales incluyen pérdida de memoria leve y, con el tiempo, avanzan hasta impedir que el paciente pueda realizar tareas cotidianas, mantener una conversación o interactuar adecuadamente con su entorno.

Sin cura conocida, quienes la padecen viven, en promedio, ocho años desde la aparición de los primeros signos evidentes.

La investigación del CONICET

El Alzheimer es, todavía, un campo muy desconocido dentro de la ciencia médica. “Todavía hay mucho por entender y descubrirse en torno a la enfermedad de Alzheimer”, afirmó, Anahí Bignante, una de las integrantes del CIQUIBIC, . Según explicó la experta, la muerte neuronal y el mal funcionamiento de las células cerebrales se deben a la acumulación anómala de la proteína beta amiloide (Aβ), que activa la fosforilación y la acumulación irregular de otra proteína, la tau.

Alzheimer
Las neuronas: las grandes afectadas en la enfermedad de Alzheimer.

Las neuronas: las grandes afectadas en la enfermedad de Alzheimer.

Estas dos proteínas, con plegamientos anormales, son las marcas patológicas distintivas de la enfermedad. El interrogante que persiste en la comunidad científica es por qué la Aβ comienza a agregarse y formar estructuras más grandes en el cerebro.

El equipo de Bignante logró describir, por primera vez, la vía de señalización —cascadas de reacciones químicas dentro de las células activadas por Aβ agregado— que provoca efectos tóxicos en el cerebro. “Una vez que descubrimos esa vía, ahora estamos indagando cuáles serían las moléculas claves de esa cascada que generan los efectos tóxicos en las neuronas, para intentar bloquearlas. Estamos probando una droga que se llama galeína, para justamente inhibir esa cascada", detalló.

Si esta sustancia demostrara ser efectiva, el siguiente paso —que podría llevar varios años— sería avanzar hacia ensayos clínicos para verificar su seguridad y eficacia en humanos.

“Yo creo que el mayor desafío para los que somos científicos es llegar al diagnóstico temprano, porque se sabe que esta enfermedad no aparece de un día para el otro, sino que es algo que se va construyendo a lo largo de los años. Hasta que no exista alguna forma de detectar la enfermedad de manera sencilla varios años antes de que aparezcan los síntomas, no vamos va a poder llegar a una solución terapéutica. Pero por otro lado, es necesario que podamos esclarecer mecanismos patológicos que ocurren muy temprano en la enfermedad”, señaló la investigadora.

El otro proyecto financiado está a cargo de Lucas J. Sosa, también científico del CONICET en el CIQUIBIC. Su investigación se centra en las causas de la neurodegeneración precoz que presentan las personas con síndrome de Down y en el papel de las proteínas abeta y tau en esos casos. Este trabajo cobra relevancia dado que, casi inevitablemente, quienes tienen síndrome de Down desarrollan Alzheimer de forma temprana, alrededor de los 40 años. “Alrededor de esa edad, ya empiezan a tener problemas neurodegenerativos”, explica Sosa.

En colaboración con la científica Jeanne Lawrence, de la Universidad de Massachusetts, Sosa busca “conocer algunos de los mecanismos que dan lugar a la neurodegeneración precoz en el síndrome de Down, para intentar asociar la mayor expresión de la proteína APP presente en el síndrome de Down con un incremento e expansión de tau fosforilado, lo cual afectaría de manera precoz a las neuronas".

En este escenario, detalla que "conocer esta potencial nueva vía también sería de utilidad para explicar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer y estrategias terapéuticas y futuros medicamentos para mejorar la calidad de vida de las personas que sufren esta difícil enfermedad, la cual deshilacha el tejido de la memoria”, concluye.

Prevención ante el Alzheimer: estos son los tres alimentos para no perder la memoria

Médicos y especialistas en nutrición destacan tres alimentos clave para prevenir el Alzheimer y proteger la memoria: verduras de hoja verde oscuro, bayas y frutos secos. Las primeras —como espinaca y kale— aportan antioxidantes y vitaminas que ayudan a reducir la inflamación cerebral.

Las bayas, entre ellas arándanos y frutillas, contienen flavonoides que favorecen la memoria y la función cognitiva. En tanto, los frutos secos, como nueces y almendras, son una fuente importante de ácidos grasos omega-3, que protegen las neuronas y reducen la inflamación.

Además de estos alimentos, los expertos recomiendan incorporar aceite de oliva extra virgen, pescados grasos como salmón y sardina, y legumbres, todos ricos en nutrientes que contribuyen a la salud cerebral y retrasan el envejecimiento cognitivo.

La dieta MIND, desarrollada por la Universidad Rush y Harvard, combina los principios de la dieta mediterránea con un enfoque específico en la salud del cerebro. Se basa en nutrientes como vitamina E, ácidos grasos omega-3, flavonoides, carotenoides, folato y antioxidantes.

Un estudio publicado en la revista Neurology, que analizó a más de 14.000 personas, concluyó que seguir la dieta MIND reduce el riesgo de deterioro cognitivo, con un impacto especialmente notable en mujeres. Entre los alimentos que se deberían incluir de forma habitual figuran verduras de hoja verde, bayas, frutos secos, aceite de oliva, granos enteros, pescados grasos y legumbres. Por el contrario, se aconseja limitar carnes rojas y procesadas, lácteos enteros, comidas rápidas y frituras, productos de panadería industrial, bebidas azucaradas y postres ultraprocesados.

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