Este lunes, tras su aparición para anunciar los resultados de las elecciones legislativas, el ministro del Interior, Wado de Pedro, tuiteó al respecto de su disfluencia (o tartamudez) e instó a la gente a informarse más. En ese sentido, Janice Ninoná, fonoaudióloga responsable de Comunicación de la Asociación Argentina de Tartamudez (AAT), habló al respectó y remarcó que “todavía hay mucho trabajo por hacer para naturalizar la disfluencia en el habla”.
Janice Ninoná: "Tenemos que trabajar mucho en naturalizar la tartamudez"
La fonoaudióloga responsable de Comunicación en la Asociación Argentina de Tartamudez explica la importancia de normalizar las dificultades en el habla y poner el tema en agenda. También recomienda acciones individuales para ayudar en la inclusión.
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En conversación con Ámbito, Ninoná analizó que este ha sido un año muy importante porque casos como el del Ministro o el de Francisco Benitez -participante del certamen “La Voz Argentina”- ayudaron a que se hable más del tema y se corra su lugar de tabú. Pero también alerta que “faltan derribar mitos establecidos durante mucho tiempo” y que las personas con tartamudez “pueden tener dificultades para encontrar trabajo, acceder a la universidad o ser víctimas de burlas y discriminaciones”.
Sobre la acción individual, la fonoaudióloga explica que “la tartamudez se da en la comunicación con otras personas, no se traba si habla solo pero sí cuando habla con otro” y agrega que “es muy importante que la sociedad sepa que la persona con disfluidez sabe lo que quiere decir, pero necesita un poco más de tiempo”. Repasando acciones comunes que no se deben hacer, Ninoná ejemplifica con que “tenemos que darles más tiempo, no completarles las frases y no decirles ‘respirá’ o ‘tranquilo’, porque no es una cuestión de nervios”.
“La disfluencia en el habla está presente en el 1% de la población”, informa Ninoná y aclara que ese número se puede bajar aún más si se hace foco en la detección temprana: “Si se detecta antes de los seis años, se puede reducir el 80% de los casos”. La médica explica que la tartamudez “aparece cuando el niño está desarrollando el lenguaje entre los 2 y los 5 años, aproximadamente” y que, al notar “tensiones en el habla” se debe consultar no con cualquier fonoaudiólogo, sino con un fonoaudiólogo especialista en tartamudez, que no todos lo son. “Cuando el niño entra en la etapa escolar se va enfrentando a diferentes situaciones de exposición y ahí es donde entra en juego la sociedad y lo que sabe o no sabe respecto a la tartamudez” profundizó.
Por último, Ninoná agrega que desde la AAT se realizan diversas actividades para ayudar a la inclusión de las personas con disfluidez: Grupos de ayuda, consultas abiertas gratuitas, acciones para la familia, capacitaciones para docentes y charlas para recursos humanos, entre otras.
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