Durante años, Taylor Swift no solo se consolidó como una de las artistas más admiradas del mundo de la música, sino que también se transformó en un ícono cultural que traspasa generaciones. Con millones de discos vendidos, premios que reconocen su talento y un fanatismo global que trasciende fronteras, la estadounidense construyó un imperio que combina creatividad y negocios.
Así es High Watch, la lujosa mansión costera que enamoró a Taylor Swift
En la costa este de Estados Unidos, la residencia de la estrella pop se destaca por su arquitectura neoclásica, playa privada y jardines con vistas al mar.
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Con historia centenaria, lujos y privacidad, High Watch es el refugio ideal de Taylor Swift para inspirarse y descansar.
Parte de ese éxito se refleja en el patrimonio que fue formando, y entre sus propiedades, destaca una residencia que encarna su gusto por la privacidad, el lujo sutil y la belleza natural: High Watch. Esta mansión costera, ubicada en uno de los rincones más exclusivos de Rhode Island, se convirtió en su refugio personal.
Además, es el lugar donde la compositora celebra sus emblemáticas fiestas del 4 de julio, un evento que reúne a amigos, familiares y celebridades cada año.
Y, con el tiempo, High Watch también se transformó casi en un santuario para sus seguidores. Aunque la mansión permanece cerrada al público, la fascinación que genera entre los fans hace que el área se haya convertido en un punto de interés turístico para quienes buscan acercarse a la intimidad de una de las artistas más influyentes.
High Watch, la mansión veraniega de Taylor Swift en Rhode Island
Rhode Island, el estado más pequeño de Estados Unidos, es conocido por sus paisajes costeros, pueblos pintorescos y playas que atraen cada verano a miles de visitantes. Su ambiente sereno lo convierte en un destino predilecto para quienes buscan alejarse del bullicio sin renunciar a la comodidad y el lujo.
En ese marco, High Watch se impone como una joya inmobiliaria con más de un siglo de historia. Construida originalmente en 1929, esta mansión de estilo neoclásico se extiende sobre un terreno de varias hectáreas que descienden suavemente hasta la costa rocosa. La propiedad se combina interiores renovados, donde la luz natural y las vistas al mar son protagonistas.
Adquirida por un valor estimado de más de 17 millones de dólares, la mansión cuenta con más de 20 habitaciones, incluyendo amplias suites con balcón privado y baños de diseño contemporáneo. Las áreas comunes abarcan una imponente biblioteca con estanterías que recorren las paredes, una sala de música y un comedor formal.
En el exterior, los jardines se mezclan con senderos que llevan a miradores con vistas panorámicas del Atlántico, terrazas para tomar el sol y una piscina de borde infinito. Además, la propiedad incluye un muelle privado y acceso directo a la playa, ofreciendo privacidad en uno de los entornos más codiciados de la costa este.
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