El cáncer de colon muestra un aumento sostenido en menores de 55 años, con una tasa de mortalidad que crece alrededor de un 1% por año desde mediados de los 2000. Las estimaciones son preocupantes: se prevé que los casos en personas menores de 50 años podrían duplicarse hacia 2030.
Estas frutas ayudan a prevenir el cáncer de colon
Con alto contenido en fibra, antioxidantes y vitaminas, estas frutas comunes podrían ser tus aliadas para cuidar el intestino y prevenir enfermedades graves.
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Cuatro frutas que ayudan a prevenir el cáncer de colon.
Ante este panorama, cada vez más estudios señalan el rol preventivo de ciertos alimentos en la salud digestiva, en particular las frutas que, por su combinación de fibra, antioxidantes y micronutrientes, pueden contribuir a proteger el colon y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer colorrectal.
Sandía
Aunque es conocida por ser refrescante y veraniega, la sandía también tiene propiedades que la vuelven ideal para cuidar la salud intestinal. Contiene licopeno, un antioxidante que ayuda a proteger las células del daño que puede derivar en procesos cancerígenos. Además, su alto contenido en agua favorece la regularidad del tránsito intestinal, y aporta vitaminas C y A, esenciales para reforzar el sistema inmune y mantener la integridad de la piel y las mucosas.
Manzana
Una fruta clásica, disponible todo el año y muy fácil de incorporar a cualquier dieta. La manzana es rica en fibra soluble, que promueve un tránsito intestinal saludable y puede disminuir el tiempo de exposición del colon a posibles carcinógenos. También aporta polifenoles, compuestos naturales con efecto antioxidante y antiinflamatorio. Algunos estudios sugieren que consumir entre tres y seis manzanas por semana podría reducir en un 30% el riesgo de muerte prematura, lo que evidencia su potencial en la prevención de enfermedades crónicas.
Kiwi
Con un sabor intenso y característico, el kiwi se destaca por su aporte de vitamina C y antioxidantes, pero también por ser una gran fuente de fibra dietaria. Esta combinación no solo mejora la digestión y reduce las molestias gastrointestinales, sino que también podría asociarse con una disminución del 13% en la probabilidad de desarrollar cáncer de colon. Su consumo frecuente puede ayudar a mantener el equilibrio del microbioma intestinal y a fortalecer la barrera protectora del aparato digestivo.
Cítricos
Naranjas, pomelos, limas y limones no solo aportan frescura: son frutas cargadas de vitamina C y flavonoides, compuestos que tienen propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas. Investigaciones recientes vinculan su consumo habitual con una reducción del 9% en el riesgo de cáncer colorrectal. Además, sus antioxidantes contribuyen a combatir el estrés oxidativo, uno de los factores implicados en el desarrollo de múltiples enfermedades crónicas.
Más allá de la dieta: qué otros factores influyen
Si bien una alimentación rica en frutas, vegetales y fibra es fundamental, hay otros elementos que podrían estar impulsando el aumento de casos de cáncer de colon en personas jóvenes. Un estudio reciente planteó que una bacteria intestinal podría tener un rol clave en este fenómeno. También se analiza el impacto de la dieta, la inflamación, los antecedentes genéticos y los cambios en el microbioma.
Otras investigaciones apuntan a causas más conocidas: el mayor consumo de carnes rojas y alimentos ultraprocesados, el sedentarismo, la obesidad, la disminución del consumo de frutas frescas y cereales integrales, así como el tabaquismo y el abuso de alcohol. En muchos casos, los factores hereditarios no son determinantes, por lo que los hábitos de vida adquieren un papel protagónico.
Recomendaciones clave para la prevención
La American Cancer Society insiste en dos estrategias centrales: realizar chequeos médicos regulares y adoptar un estilo de vida saludable. Las colonoscopias, por ejemplo, permiten detectar pólipos antes de que se conviertan en tumores malignos, o bien diagnosticar el cáncer en etapas tempranas, cuando es más tratable. Se sugiere comenzar con estos estudios a partir de los 45 años, aunque quienes tengan antecedentes familiares o factores de riesgo deberían hacerlo antes y con mayor frecuencia.
En cuanto a la prevención desde los hábitos, las recomendaciones incluyen mantener un peso corporal saludable, realizar actividad física de forma regular, aumentar el consumo de frutas y verduras, elegir cereales integrales, limitar la ingesta de carnes procesadas y evitar el alcohol y el tabaco.
Incorporar frutas como la sandía, la manzana, el kiwi y los cítricos no solo es sencillo, sino también una forma natural y efectiva de sumar nutrientes protectores a la dieta diaria. Cuidar el colon puede empezar con un simple gesto: elegir mejor lo que comemos.
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