20 de marzo 2006 - 00:00

EE.UU. sale a negar que Irak ya esté por caer en guerra civil

Protestas. El tercer aniversario de la invasión de Irak (que se cumplirá hoy) llevó ayer a miles de personas en varias ciudades de Europa y de EE.UU. a protestar y a pedir el retiro de las tropas. En Roma (foto), decenas de miles de personas gritaron: ¡No a la guerra del petróleo! y ¡No en nuestro nombre!, convocadas por partidos de izquierda. Escenas similares se vieron en Madrid, Estambul, Atenas, Estocolmo, Nueva York, San Francisco y Boston.
Protestas. El tercer aniversario de la invasión de Irak (que se cumplirá hoy) llevó ayer a miles de personas en varias ciudades de Europa y de EE.UU. a protestar y a pedir el retiro de las tropas. En Roma (foto), decenas de miles de personas gritaron: "¡No a la guerra del petróleo!" y "¡No en nuestro nombre!", convocadas por partidos de izquierda. Escenas similares se vieron en Madrid, Estambul, Atenas, Estocolmo, Nueva York, San Francisco y Boston.
Washington (EFE, AFP, Reuters, ANSA) - En víspera del tercer aniversario del inicio de la invasión liderada por EE.UU. a Irak, se generó ayer una polémica internacional en torno a la existencia o no de una guerra civil en el país árabe.

En tanto, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, sostuvo que dejar Irak ahora sería como haber entregado la Alemania de posguerra de vuelta a los nazis, en una columna publicada en el diario «The Washington Post».

En declaraciones a la BBC, el ex premier iraquí Iyad Alawi subrayó que «si esto no es guerra civil, entonces sabe Dios lo que es una guerra civil». «Estamos perdiendo cada día un promedio de entre cincuenta y sesenta personas en todo el país, si no más», añadió. Irak marcha hacia un «punto sin retorno» en el cual «caerá a pedazos y el sectarismo se difundirá en toda la región», advirtió.

• Intenciones

La desmentida no tardó en llegar desde Occidente. El vicepresidente norteamericano, Dick Cheney, dijo que «terroristas» como Abu Mussab al-Zarqawi, líder de la red Al-Qaeda en Irak, y otros estaban tratando de detener la formación del gobierno elegido democráticamente a través de la violencia, con situaciones como la bomba en la Mezquita Dorada en Samarra el 22 de febrero, uno de los sitios sagrados chiitas.

«Lo que hemos visto es un serio esfuerzo para fomentar la guerra civil, pero no creo que hayan tenido éxito»,
dijo Cheney al programa «Face the Nation» de la cadena televisiva CBS.

El propio
George W. Bush dijo que llamó a los iraquíes a formar un gobierno de unidad que refleje «los deseos del pueblo». «Yo aliento a las autoridades iraquíes a continuar trabajando duro para apuntalar su gobierno», declaró el presidente a su arribo a la Casa Blanca, de retorno desde Camp David, su residencia de fin de semana, sin hacer alusión al tema.

Según las últimas encuestas,
menos de 40% de los estadounidenses creen que la guerra marcha bien para su país. Esta percepción arrastró a su vez a Bush a los índices de popularidad más bajos en sus cinco años de mandato, entre 33% y 37%, según los sondeos.

A las declaraciones del vicepresidente estadounidense se sumaron las del presidente iraquí,
Jalal Talabani, quien afirmó que «el pueblo iraquí no puede aceptar una guerra civil. Existen dificultades, pero la unión de los iraquíes a su país impedirá que una guerra de ese tipo se produzca».

«Estamos lejos de una guerra civil. Por el contrario, estamos encaminados hacia una fórmula de unidad nacional», sostuvo Talabani, en alusión a la formación de un gobierno tras los comicios legislativos del 15 de diciembre,en los que se impuso una lista de chiitas.

Por su lado, el ministro británico de Defensa,
John Reid, dijo no compartir la opinión de Alawi ya que todos los políticos con los que se entrevistó en el país árabe consideraron que no es inevitable una guerra civil.

Por otro lado, Rumsfeld escribió en su ensayo publicado en el diario capitalino: «Darle la espalda a la Irak de posguerra sería el equivalente moderno a entregar la Alemania de posguerra de nuevo a los nazis». El funcionario sostuvo que «los terroristas» estaban tratando de agitar las tensiones sectarias para provocar una guerra civil, pero deben estar «mirando con miedo» el progreso en el país en los últimos años. Finalmente, escribió que si las fuerzas de su país dejan Irak ahora, «hay muchos motivos para creer que los saddamistas y los terroristas llenarán ese vacío, y el mundo libre podría no tener la voluntad de enfrentarlos nuevamente», concluyó.

 

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