Robert Prevost, recientemente consagrado como papa León XIV, no solo fue cercano al Pontífice saliente, Jorge Bergoglio, sino que mantuvo una fuerte conexión con América Latina, continente donde sirvió durante décadas y al que conoce en profundidad. Aunque nació en Estados Unidos, también obtuvo la ciudadanía peruana y pasó buena parte de su vida misionando en esa región.
El papa León XIV tuvo un vínculo especial con Mendoza y visitó seguido la parroquia San Agustín
El estadounidense Robert Prevost, elegido como el nuevo Pontífice y sucesor de Francisco, guarda un vínculo especial con América Latina. Además de vivir casi 20 años en Perú, paso un tiempo en una provincia Argentina.
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El papa León XIV tuvo un vínculo especial con una parroquia mendocina.
Entre los muchos vínculos que forjó en su trayectoria religiosa, se destaca su relación con la parroquia San Agustín, ubicada en el Barrio Bombal de la ciudad de Mendoza. Esta sede parroquial pertenece a la Orden de San Agustín (OSA), congregación en la que Prevost ingresó en 1977 y de la cual luego fue elegido superior general.
El paso de León XIV por Mendoza
Durante su gestión como autoridad máxima de la orden, Prevost visitó varias veces la parroquia mendocina, donde conoció al actual párroco, Julio Ríos, quien este jueves, luego de la confirmación como Santo Padre, manifestó: “Hemos tenido la suerte de poder compartir con él cuando era superior general de la Orden de San Agustín. Con un grupo de compañeros estábamos en la formación inicial, haciendo nuestra filosofía y estudiando teología, en preparación a recibir primero los votos religiosos y luego la ordenación sacerdotal”, recordó.
Ríos también valoró la personalidad del nuevo Pontífice, destacando su sencillez y compromiso. “Él nos visitaba regularmente y era una ocasión de mucha alegría para nosotros. Es así como lo viste, que ahora lo presenciamos por televisión. Es sencillísimo, humilde, un hombre muy bueno y fue muy cercano a nosotros”, expresó.
La elección de Prevost como líder de la Iglesia Católica sorprendió al párroco mendocino, quien no esperaba que uno de sus antiguos compañeros de comunidad fuese elegido sucesor de Francisco. “Compartimos ratos de formación, de diálogo, de comidas. La verdad que no deja de sorprendernos verlo en esta situación, pero al mismo tiempo es una alegría”, afirmó.
“Es un hermano. Compartimos una comunidad, vivimos de dos a o tres, compartimos el trabajo en la parroquia o en el colegio donde nos toque”, agregó.
El vínculo del Papa con América Latina y la Orden de San Agustín
Para los miembros de la Orden de San Agustín, el nombramiento de León XIV representa un motivo de orgullo, ya que se trata del primer papa en la historia surgido de dicha congregación. Su labor pastoral en América Latina, combinada con su enfoque social, fue clave en su camino.
Actualmente, los agustinos desarrollan tareas en más de cuarenta países, dedicándose a la educación, las misiones, la formación teológica, el trabajo social y la pastoral parroquial. La capacidad de integrarse en contextos urbanos y multiculturales ha sido una característica distintiva de la orden, lo que les permitió conectar con distintas culturas y necesidades espirituales.
Ríos reflexionó sobre el nuevo rol del papa como servidor del pueblo de Dios: “La Iglesia te puede encomendar servicios, él ahora está en un cargo de absoluto servicio. Ciervo de los ciervos de Dios”.
Además, se refirió al perfil de liderazgo que podría asumir el nuevo pontífice a partir de su experiencia como misionero: “Lo lindo de esta vida religiosa agustiniana es que nosotros podemos estudiar en un lugar donde se da una educación buena, pero también sabes que todo conocimiento, todo lo que uno pueda adquirir, es para el servicio del pueblo de Dios”.
Finalmente, recordó los años en los que Prevost residió en una zona muy pobre: “Entonces si te mandan a un lugar de misión, sumamente pobre, como donde él estuvo casi 20 años. Un lugar donde no hay ni luz ni agua, sabes apreciar eso que te ha dado la Iglesia para que lo puedas poner al servicio”.
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