Durante su adolescencia, Aaron Carter fue uno de los ídolos pop más reconocidos del mundo. Vendió millones de discos, hizo giras internacionales y apareció en televisión como una joven promesa que parecía tener todo resuelto. Pero el final fue muy distinto al que muchos esperaban.
Buscó seguir el camino de su hermano, pero gastó sus millones en los excesos que lo llevaron a la muerte: la historia de Aaron Carter
Logró hacer millones con la música, pero no pudo manejar su fortuna y tuvo un trágico final pese al éxito.
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Logró hacer millones con la música, pero su vida fue bastante complicada.
Lejos de sostener esa fama, su vida adulta estuvo marcada por los conflictos personales, las adicciones y los problemas financieros. La exposición temprana, el entorno inestable y una industria que no lo protegió terminaron empujándolo a una espiral sin salida.
El ascenso de Aaron Carter y cómo embolsó una fortuna de millones
Aaron comenzó su carrera a los siete años, influenciado por el éxito de su hermano Nick Carter, uno de los integrantes de los Backstreet Boys. Su primer disco solista salió en 1997 y fue un éxito inmediato. El siguiente, Aaron’s Party (Come Get It), lo convirtió en fenómeno global. A comienzos de los 2000, ya había vendido más de 10 millones de copias en todo el mundo.
Esa etapa también incluyó contratos con sellos discográficos, giras multitudinarias, participaciones en series y hasta merchandising propio. Todo eso le generó una fortuna estimada en millones de dólares mientras aún era menor de edad. Sin embargo, la gestión de esos ingresos quedó en manos de adultos que, en muchos casos, no priorizaron su bienestar.
Con el paso del tiempo, sus ingresos empezaron a disminuir, pero sus gastos se mantuvieron. Carter llegó a demandar a su propia familia por mal manejo del dinero, y en 2013 se declaró oficialmente en bancarrota. Debía al fisco estadounidense más de tres millones de dólares en impuestos acumulados.
Sin poder salir de las adicciones: la dura caída de Aaron Carter
A la par de los problemas económicos, su salud mental y sus adicciones empeoraban. Aaron tuvo múltiples internaciones, denuncias por violencia doméstica y varios episodios públicos de desestabilización. También reconoció haber sido diagnosticado con trastornos mentales y estar medicado, aunque nunca pudo sostener un tratamiento estable.
Sus intentos de volver a la música no lograron devolverle estabilidad. Aunque lanzó discos independientes y participó en realities, ya no contaba con el respaldo de la industria ni con el acompañamiento familiar. Su última etapa estuvo marcada por polémicas en redes sociales, disputas judiciales y una vida cada vez más desordenada.
Murió en noviembre de 2022, a los 34 años, en su casa de California. Estaba solo y sumido en deudas. La autopsia reveló que su muerte fue accidental, producto del consumo de fentanilo y alprazolam. Un cierre trágico para una historia atravesada por los excesos, el abandono y el peso de haber tenido millones sin red de contención.
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