El deporte cuenta con una gran cantidad de historias de éxito que terminaron en desastres financieros, y el caso de este conocido boxeador es uno de ellos. Llegó a ganar millones de dólares gracias a su brillante carrera, vivía rodeado de lujos, fiestas y ostentación, pero todo cambió.
En un giro extremo, realizó la compra de un volcán con planes ambiciosos que nunca se concretaron, y terminó prácticamente en la pobreza más absoluta. Ese hombre es Víctor Manuel Rabanales, ex campeón mundial en la división gallo, cuya historia pasó de la gloria deportiva al desastre financiero.
La historia de Victor Manuel Rabanales: de brillar en el boxeo a ser estafado
Víctor Manuel Rabanales nació el 23 de diciembre de 1962 en Ciudad Hidalgo, Chiapas, México. Creció en un entorno humilde, y desde niño demostró inclinación por el boxeo: con apenas 7 años ya se calzaba los guantes, y durante su adolescencia sus habilidades llamaron la atención de entrenadores que lo impulsaron a dedicarse profesionalmente.
En su época más prominente como boxeador, se coronó campeón mundial gallo del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) el 17 de septiembre de 1992, al derrotar por nocaut técnico a Joichiro Tatsuyoshi en Osaka, Japón. Durante su carrera combinó altas ganancias y reconocimiento. Se calcula que pudo haber acumulado hasta un millón de dólares en sus mejores momentos.
La compra del volcán y las decisiones que lo llevó a la ruina
Sin embargo, tras colgar los guantes, su suerte cambió completamente. Confiado en nuevos proyectos, Rabanales compró el icónico volcán Popocatépetl por cerca de 30.000 USD, con la ilusión de desarrollar emprendimientos turísticos, construir un gimnasio de altura o incluso una granja de conejos en los alrededores del terreno.
Pero el plan no prosperó: el manejo financiero fue deficiente, los proyectos no se concretaron, y pronto se vio envuelto en una cadena de malas decisiones y engaños.
También perdió gran parte de su patrimonio por confiar demasiado en otras personas. Uno de los golpes más duros fue cuando invirtió 65.000 dólares en un departamento en Texcoco. Según él mismo contó, entregó todo el dinero en efectivo y confiaba en que se haría la escritura a su nombre. Sin embargo, el trámite nunca se completó y la propiedad quedó registrada a nombre de otra persona.
Confiado, Rabanales se mudó y vivió un tiempo en ese departamento, hasta que la supuesta dueña apareció con papeles en mano y lo desalojó. “Me estafaron, nunca me pusieron como propietario”, relató en entrevistas años después.
El presente de Rabanales
En su caída, Rabanales cayó en adicciones al alcohol y las drogas, lo que agravó aún más su situación. En un momento crítico, tuvo que vender su cinturón de campeón por apenas unos miles de pesos mexicanos.
Hoy en día, lejos de los tiempos de gloria, se gana la vida desempeñando trabajos humildes como descargar bolsas en un mercado, vender fotografías antiguas de su época como boxeador o aceptar pequeñas colaboraciones en restaurantes. Recibe una pensión mínima del CMB (Consejo Mundial de Boxeo) de pocos dólares mensuales, que intenta estirar al máximo.
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