29 de septiembre 2025 - 19:30

Sin químicos y biodegradable: el invento que revolucionará millones de jardines

Una espuma creada con papa y agua caliente se expande desde Europa y promete conquistar millones de jardines sin dañar el medio ambiente.

Foamstream irrumpe en la jardinería con una espuma vegetal que elimina malezas, atrae a municipios y podría llegar a millones de hogares.

Foamstream irrumpe en la jardinería con una espuma vegetal que elimina malezas, atrae a municipios y podría llegar a millones de hogares.

La industria de la jardinería, en su área de control de malezas, mueve millones con productos químicos que generan dudas ambientales y riesgos para la salud. Frente a esta realidad, surge un invento que promete cambiar la forma en la que se cuidan los espacios verdes.

El dispositivo se llama Foamstream y funciona sin herbicidas, utilizando una espuma de origen vegetal que no contamina y resulta completamente biodegradable. Con su llegada, la jardinería encuentra una alternativa que combina eficacia, sostenibilidad y respeto por el entorno natural.

Embed - Weedingtech une solution alternative aux herbicides

Espuma hecha de papas para eliminar la maleza: qué es y cómo funciona Foamstream

Foamstream nació en el Reino Unido con una premisa clara: erradicar las malas hierbas de forma ecológica. En lugar de químicos, usa agua caliente a 95 ºC mezclada con fécula de papa y aceite de colza, creando una espuma que potencia la acción del calor sobre las plantas no deseadas.

El secreto está en la capa de espuma biodegradable, que cubre la superficie y evita que el agua se enfríe demasiado rápido. De esta manera, el calor se mantiene el tiempo suficiente para que la planta muera o quede dañada gravemente, sin necesidad de recurrir a pesticidas.

En la práctica, el sistema consigue que en pocas horas el 95% de la vegetación no deseada desaparezca. Esto convierte a este producto en una herramienta útil no solo para jardines particulares, sino también para espacios públicos, desde plazas hasta veredas y estadios deportivos.

Ciudades de Francia y otras partes de Europa ya adoptaron la tecnología, aplicándola en calles y fachadas históricas donde los químicos están prohibidos. Ahora, la innovación se perfila como una opción atractiva para municipios, empresas de mantenimiento y aficionados a la jardinería que buscan un futuro más verde.

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