La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) publicó en su web oficial su índice trimestral impositivo, en el que detalló que el peso de los impuestos para el campo subió en el segundo trimestre frente al periodo anterior.
El peso de los impuestos para el campo subió en el segundo trimestre, pese a baja de retenciones
Un índice de FADA que mide los impuestos para las actividades del campo creció frente al primer trimestre del año.
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En detalle, el peso de los impuestos en la soja es del 65,9%.
De acuerdo al reporte, para producir en el campo, es necesario pagar diferentes costos: las semillas, los fertilizantes, los salarios, fletes, seguros, etc. Una vez que se cosecha, se vende el cultivo. Y el dinero que queda después de pagar los gastos se divide en tres: el valor de quienes alquilan la tierra para producir (26,6%), la ganancia (9,8%) y los impuestos que se pagan (63,6%).
Y esta última variable es la que creció en el último tiempo. “Aún con el efecto de la baja temporal de derechos de exportación (DEX), la caída en los precios fue tal que genera un menor valor de la producción de los granos y, con ello, un mayor peso de los impuestos”, destacó Antonella Semadeni, economista en FADA.
Los impuestos para el campo siguen impactando
En detalle, el peso de los impuestos en la soja es del 65,9%, mientras que en el maíz es del 53,4%, en el trigo ronda el 78,2% y en el girasol, el 63,2%.
“Se anunció que la reducción temporal de DEX sólo se prorroga para trigo, con el retorno de retenciones para los demás cultivos los índices aumentarían. El promedio nacional iría al 67%, llegaría al 70% en soja, al 56% en maíz y al 67% en girasol”, aclaró Nicolle Pisani Claro, economista jefe en la fundación.
Según el reporte, de todos los impuestos que paga una hectárea agrícola, el 63,8% son nacionales no coparticipables, es decir, que no vuelven a las provincias. El 28,4% son nacionales coparticipables, el 6,8% corresponde a los impuestos que cobran las provincias y un 1% son los municipales.
Carga y presión impositiva
Cabe señalar que, mientras el Índice FADA nacional es de 63,6%, las provincias muestran diferencias según costos, producción e impuestos locales. Córdoba registra un 64%, Buenos Aires expone un 59,7%, Santa Fe cuenta con un 58,6%, La Pampa sufre de un 62%, Entre Ríos tiene un 69,1% y San Luis, un 61,1%.
A modo de resumen: en todas las provincias analizadas se paga impuesto inmobiliario rural e impuesto a los sellos para la compraventa de granos. En Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa y San Luis se pagan ingresos brutos con diferentes porcentajes.
En Córdoba y Santa Fe la actividad está exenta. Además, Buenos Aires y Santa Fe tienen tasas municipales, mientras que La Pampa tiene las guías cerealeras. En tanto, Córdoba, San Luis y Entre Ríos no tienen imposiciones a nivel local. Y San Luis y La Pampa sufren de impuestos al estilo de aduanas internas.
“Cada una de estas provincias enfrenta realidades distintas en cuanto a sus rindes, estructura de costos e impuestos, lo que explica la variabilidad de estos resultados”, concluyó Pisani Claro.
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