A pesar de los problemas empresarios y, por ende, las crecientes inquietudes laborales, el principal motivo de enojo hoy de la población no pasa por estas cuestiones sino más bien por los “beneficios” que pretenden seguir manteniendo algunos sectores, y ahí el sindical (con Sergio Palazzo de la Bancaria a la cabeza) se lleva las palmas, aunque en los últimos días, el mantenimiento de la inactividad en el Congreso (junto con el rechazo a recortar los ingresos “políticos”), sumado a la ampliación de la feria judicial autoasignada por la Suprema Corte, puso a ambos poderes públicos casi en el mismo nivel de malestar social. Es que la gente considera que ante una situación tan extraordinaria como crítica, todos los poderes del Estado deberían estar funcionando y no es así. “Al Presidente los están dejando solo. Ni siquiera muchos del propio PJ lo están acompañando en esto”, reconocía un analista político que explicaba también, que “el Congreso podría autoconvocarse, pero lo tendrían que hacer todas las bancadas”. Para los observadores, el funcionamiento de apenas uno de los tres poderes de la República constituye uno de los lados más oscuros que está dejando al desnudo la pandemia. “Si la Justicia y el Congreso no funcionan, las camas de terapia intensiva hay que mandarlas allí”, ironizaba un politólogo no mediático, , mientras otro participante del chat resaltaba la “falta de solidaridad, aún dentro del Justicialismo”. ‘Hoy Alberto Fernández tiene un poder ilimitado, pero no porque sea hegemónico, sino porque no hay Congreso ni Justicia”, sumaba otro al tiempo que destacaba la cantidad de DNU (Decretos de Necesidad y Urgencia) que ya se lleva firmados, en gran medida, porque los otros poderes del Estado no están operativos (“pero siguen cobrando y pleno”, se enojaba otro miembro del chat).
Los "beneficios" de algunos sectores en la mira
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Sergio Palazzo, titular de La Bancaria.
Pero si de enojo se trata, parece que el que tuvo como figura central a la exministra Patricia Bullrich, hoy colocada al frente de las dispersas fuerzas del PRO, fue para alquilar balcones. Dicen que, mientras la otrora mujer fuerte de la Seguridad no para de criticar al Gobierno (por cuarentena, coronavirus, juega a favor de los cacacacerolazos o fogonea la rebaja de sueldos de la política, entre otras cosas), algunos intendentes “fuertes” de esa agrupación, entre los que se menciona a Néstor Grindetti (Lanús), Jorge Macri (Vicente López), Diego Valenzuela (Tres de Febrero), Gustavo Posse (San Isidro), y hasta el propio Horacio Rodríguez Larreta (CABA), objetan abiertamente esa posición, no se sabe bien si por convicción sobre la crisis, por necesidad de los aportes de la Nación a sus distritos, o por la lectura de “oportunismo” que está haciendo buena parte de la población sobre las actitudes partidarias extremas como le asignan a Bullrich. “La mayoría está con miedo por la pandemia y consideran que hay que apoyar en esta cuestión al Gobierno. No es momento de chicanas políticas”, explicaba un aparente participante del caldeado encuentro donde se escucharon calificativos y no de los mejores.
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