Veinticinco hombres con rostros cubiertos y pertrechados con armas de guerra entrando a un edificio. Una explosión, humo, corridas. De pronto silencio... Dos minutos después los rehenes eran rescatados por el grupo de elite, mientras un helicóptero sobrevolaba la zona. La imagen parecía sacada de la televisión, pero era real. Al menos eso pretendía. Porque en realidad se trataba de un simulacro realizado por la Policía Federal para actuar en un caso de ataque terrorista.
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Cuatro cuadras de los alrededores del edificio donde funciona el Ente Regulador de Energía Atómica, fueron cortadas ayer al tránsito y utilizadas para un teatro de operaciones en las que participaron más de 100 policías, integrados por el Grupo de Operaciones Especiales (GEOF); de la Superintendencia de Bomberos y de la Brigada de Riesgos Especiales. A las 10.30 de la mañana los hombres de las fuerzas especiales entraron en acción, en las instalaciones ubicadas en Libertador y Correa del barrio porteño de Núñez.
La situación creada: un comando terrorista irrumpía en el edificio de la Comisión de Energía Atómica. Tomaba cinco rehenes y amenazaba con volarlo y producir un atentado químico si no respondían a sus demandas.
Alerta
El ejercicio comenzó cuando una patrulla emitió un alerta sobre el supuesto copamiento terrorista. El despliegue, entonces, tomó forma. Se creó un comité de crisis que dispuso el nivel de alerta tres (el máximo en situaciones de emergencia) y se nombró un negociador que hablaría con los terroristas. Así se decidió el ingreso al edificio a cargo del GEOF. Con sus rostros cubiertos el grupo de elite simuló estar ante terroristas verdaderos y desplegó su fuerza táctica. Mientras los perros de la división Explosivos «limpiaban», los alrededores una explosión sacudió el lugar. Para mayor prevención un robot donado por el gobierno de Estados Unidos transmitió, imágenes que permitían tener las certezas sobre la presencia de peligros.
Minutos después, el GEOF lograba reducir a los terroristas y rescatar a los rehenes que, supuestamente, resultaron afectados con los gases tóxicos de la bomba, compuesta por sarín, soman, tambum, VX.
Desinfección
Hombres enfundados en equipos grises y amarillos de la Brigada de Riesgos Especiales, sometió a los rehenes a una desinfección haciéndolos ingresar a una pileta, mientras otro grupo accedió al edificio para identificar las sustancias químicas que se habían utilizado. Una hora y media después terminó el simulacro. No hubo pánico, ni alarma generalizada entre los vecinos.
Coincidencias: el ejercicio se realizó a un mes del mayor atentado cometido en el mundo que provocó la muerte de más de 6.000 personas y la destrucción de las Torres Gemelas del World Trade Center y del Pentágono. Y se concretó sobre la calle 11 de Septiembre (y Correa).
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