20 de octubre 2001 - 00:00

Apoyo de China a la lucha antiterrorista

Apoyo de China a la lucha antiterrorista
Los presidentes de Estados Unidos, George W. Bush, y de China, Jiang Zemin, acordaron este viernes unir esfuerzos en la guerra contra el terrorismo, y minimizaron públicamente sus diferencias durante su primera reunión cara a cara.

"Hay un firme compromiso de este gobierno (chino) de cooperar en asuntos de inteligencia y de ayudar a prohibir la financiación de organizaciones terroristas", dijo Bush en una conferencia de prensa conjunta con Jiang, después del encuentro.

El presidente chino indicó que "no es sorprendente" que algunos temas dividan a las dos naciones y destacó que ambas comparten el objetivo de "trabajar juntas con el resto de la comunidad internacional para combatir el terrorismo".

Sin embargo, hizo referencia a la muerte de civiles en la campaña militar estadounidense contra los talibán que gobiernan Afganistán y llamó a la ONU a desempeñar "un papel clave" en el asunto.

"Esperamos que los esfuerzos antiterroristas tengan blancos claramente definidos, y que sean precisos, y también eviten la muerte de civiles", dijo Jiang.

Más tarde, Bush recibió un apoyo inequívoco del presidente de Corea del Sur, Kim Dae-Jung, quien dijo que no conocía "ningún país, nadie en la Tierra que esté a salvo" de este tipo de ataques terroristas.

"La República de Corea seguirá participando activamente en esta guerra contra el terrorismo. Ofreceremos toda la cooperación y la asistencia necesaria", señaló Kim.

Bush, que llegó a Shanghai para recoger el apoyo de los 21 mandatarios del APEC a su campaña antiterrorista, renovó la invitación para que Estados Unidos dialogue con el gobierno del presidente de Corea del Norte, Kim Jong-II.

"Espero que acepte no sólo nuestra invitación, sino (que) aproveche la oportunidad para traer relaciones más pacíficas a la península coreana", dijo Bush.

El presidente estadounidense eliminó de su gira asiática las etapas en Tokio y Seúl luego de los ataques terroristas del 11 de setiembre que derrumbaron las Torres Gemelas en Nueva York y parte del Pentágono en Washington, de los cuales acusa al extremista islámico Osama bin Laden, refugiado en Afganistán.

Bush reconoció que partió de Estados Unidos "en un momento muy difícil" en medio del temor a ataques bioterroristas por cartas con ántrax, preocupaciones sobre nuevos atentados e incertidumbre sobre las represalias estadounidenses por los ataques del mes pasado.
"Pero esta reunión es importante por la campaña contra el terrorismo, por los lazos entre nuestras dos grandes naciones, por la oportunidad y la esperanza que el comercio ofrece para nuestros dos pueblos", subrayó.

Jiang afirmó que tuvo con Bush "un intercambio profundo de posiciones y llegamos a un consenso sobre un número de asuntos importantes, como las relaciones sino-estadounidenses, la lucha contra el terrorismo y la protección de la paz mundial y la estabilidad".

Dijo que hubo una mejora en las relaciones bilaterales, afectadas meses atrás por la visión de Bush de China como un "competidor estratégico" y la tensión luego de que un caza chino chocara con un avión espía estadounidense en espacio aéreo chino.

El presidente chino señaló que el tema de Taiwán, si es "manejado apropiadamente", no afectaría el "brillante futuro" de las relaciones bilaterales. Bush dijo que había "explicado" su posición sobre Taiwán, pero no dio detalles.

Taiwán, que China considera como una provincia rebelde, anunció el viernes el boicot a la cumbre del APEC en protesta por la negativa "barbárica" de Pekín de no permitirle enviar a la reunión al representante de su elección.

Altos funcionarios estadounidenses que pidieron el anonimato dijeron que el nombre de Bin Laden no salió a relucir durante el encuentro entre Jiang y Bush y que ambos presidentes no discutieron la tensión generada en abril por el choque de los aviones, que puso en peligro las relaciones bilaterales.

Los funcionarios indicaron que Bush había defendido brevemente su plan de defensa de misiles (MD), al que China se opone, y que fue mucho más fuerte en temas como la libertad de credo, la venta de armas y Taiwán.

Los dos líderes se pusieron de acuerdo sobre temas comerciales, y Bush dio su apoyo a la inminente entrada de China a la OMC.

"A largo plazo, el avance de la prosperidad china depende de la integración completa a las normas y reglas de las instituciones internacionales. Y a largo plazo, la libertad económica y la libertad política irán de la mano", añadió.
 

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