2 de octubre 2001 - 00:00

Más señales de una guerra que se acerca

WASHINGTON.- El mundo avanzaba hacia la guerra el martes después que EEUU y Gran Bretaña amenazaron a los talibán afganos con aniquilarlos y cerraron la puerta a cualquier negociación, mientras la OTAN se declaraba dispuesta a actuar.

El presidente norteamericano George W. Bush dijo que una operación militar es un hecho:
"Actuaremos cuando nos llegue la hora" declaró y precisó "no hay negociaciones, ni plazos" con el regimen fundamentalista musulmán de los talibán, al que advirtió que si no entregaban al extremista islámico Osama bin Laden debían "atenerse a las consecuencias".

Algunas horas antes, el Primer ministro Tony Blair fue más explícito en Gran Bretaña al indicar a los talibán afganos que su opción era
"entregar a bin Laden o entregar el poder". Precisó que los objetivos militares de una próxima operación incluirán: " eliminar las infraestructuras militares (de los talibán), cortar sus ingresos financieros, sus abastecimientos, apuntar a sus tropas y no a civiles".

La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) declaró que estaba lista para actuar, después de haber visto y aceptado las pruebas que vinculan al extremista islámico bin Laden, protegido por los talibán, con los atentados del 11 de setiembre que provocaron 5.700 muertos.

El Pentágono precisó por primera vez que unos 30.000 militares estadounidenses, dos portaaviones, un grupo anfibio y unos 350 aviones y helicópteros fueron desplegados en el marco de la operación
"Libertad perdurable". Otros dos portaaviones se desplazan hacia posiciones en el oceáno Indico.

Los talibán emitieron un último y desesperado llamado a entablar negociaciones para impedir la guerra, aunque reiteraron su negativa formal a entregar a bin Laden, lo que fue rechazado inmediatamente por Washington.

Al mismo tiempo, en un viraje dramático para intentar afirmar el endeble apoyo árabe a su guerra contra el terrorismo, Estados Unidos se declaró favorable a la creación de un Estado palestino al volver a comprometerse con la solución del conflicto israelo-palestino.

Paralelamente, el Secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld debía partir este martes hacia el Medio Oriente para mantener
"consultas significativas" con altos funcionarios de la región sobre el próximo paso de la guerra contra el terrorismo.

El Secretario General de la OTAN, George Robertson, declaró en Bruselas que Estados Unidos suministró pruebas
"claras y concluyentes" de que bin Laden y su red Al Qaida estaban detrás de los atentados terroristas del 11 de setiembre contra el World Trade Center en Nueva York y el Pentágono en Washington.

Robertson dijo que las pruebas permitirán a la OTAN activar por primera vez en sus 52 años de historia la cláusula de su Carta fundacional -el artículo 5- que establece que un ataque externo contra un miembro es considerado un ataque contra todos.

El presidente ruso Vladimir Putin, que también se encontraba en Bruselas para mantener conversaciones con la OTAN, manifestó otro fuerte respaldo a la campaña liderada por Estados Unidos contra el terrorismo y dijo que Moscú
"no precisaba pruebas" sobre la culpabilidad de bin Laden en los atentados del 11 de setiembre.

Washington recibió con agrado el discurso de Blair y la respuesta de la OTAN a las pruebas presentadas, pero declinó brindar claves sobre esas pruebas, y lisa y llanamente rechazó un pedido de los talibán para acceder a ellas.

El embajador talibán en Pakistán, Abdul Salam Zaif, declaró que su gobierno quería impedir la guerra y pidió negociaciones para superar la crisis, insinuando incluso que Kabul podría estar dispuesto a entregar a bin Laden a un tercer país.

"Estamos preparados para negociar", declaró Zaif a la prensa en la ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, y añadió que las conversaciones podrían incluir la entrega de bin Laden a " algún país".

Estados Unidos rápidamente desechó el pedido talibán para mantener conversaciones y acceder a las pruebas.

"No respondo a planteos de los talibán", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

En el Departamento de Estado, el portavoz Richard Boucher dijo sobre el mensaje de los talibán:
"Me impresiona como un pedido dilatorio y prevaricación". "No debe haber motivos de dilación".

Este Departamento indicó que las pruebas serían entregadas a Pakistán -un país clave en la campaña antiterrorista pero el único que mantiene relaciones diplomáticas con los talibán- y otros países
"en la medida que podamos" para no comprometer las investigaciones.

En un llamado a no bajar la guardia ni a dejarse paralizar ante el terrorismo, el Procurador General (ministro de Justicia) John Ashcroft advirtió por su parte que nuevos ataques terroristas son "
posibles" en Estados Unidos, pero que los estadounidenses debían evitar una "parálisis cultural".

Con la actividad diplomática a un ritmo febril, la administración Bush también superó abruptamente sus titubeos en involucrarse en el conflicto israelo-palestino y declaró que la creación de un Estado palestino
"siempre" había estado contemplado.

"La idea de un Estado palestino siempre fue parte de la visión, en la medida en que el derecho a la existencia de Israel sea respetado", declaró Bush.

Su portavoz fue más categórico:
"Estados Unidos cree que el pueblo palestino debe vivir en paz y seguridad en su propio Estado", declaró.

En Israel, donde el gobierno no funciona por una festividad judía, los funcionarios parecían sorprendidos por el aparente cambio de rumbo de Washington y no hubo comentarios inmediatos de los principales dirigentes.

Un portavoz del Primer ministro Ariel Sharon advirtió no obstante que la nueva iniciativa estadounidense sobre el Medio Oriente si bien podía acarrear beneficios de corto plazo aumentando el apoyo árabe para la guerra, podría salirle el tiro por la culata en el largo plazo.

"Podría ser contraproducente en el largo plazo, porque los palestinos podrían agradecérselo a bin Laden", declaró el portavoz del Primer ministro Ariel Sharon, Zalman Shoval.

La portavoz del Pentágono, Victoria Clarke, dijo por su parte que Rumsfeld partirá el martes hacia el Medio Oriente a pedido de Bush para mantener conversaciones con líderes de la región sobre la guerra contra el terrorismo.

No brindó detalles sobre el itinerario de Rumsfeld pero dijo que la decisión de enviarlo fue resultado de discusiones en la Casa Blanca sobre el envío de un alto funcionario al Medio Oriente para
"amplias negociaciones sobre este esfuerzo para combatir al terrorismo".

La Reserva Federal llevó sus tasas directrices al nivel más bajo desde la administración Kennedy, 2,5% para conjurar la recesión.

La Comisión europea, mientras tanto, propuso congelar los activos de 27 individuos y organizaciones señaladas por Washington como
"sospechosos de financiar actividades terroristas".

La reglamentación propuesta permitirá a los 15 Estados miembros de la UE
"actuar rápidamente para bloquear cuentas terroristas e impedir efectivamente el financiamiento del terrorismo", dijo la comisión en un comunicado.

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