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Peligro de cisma por elección en la AMIA
Hasta ahora predominan en la vida política judía argentina el partido Avodá (laborismo), del que surgen Kaúl y Grynwald; una fuerte campaña de afiliación encarada por los ortodoxos provocó que en esta elección se duplicara el número de votantes respecto de la anterior, en parte por esa nueva masa de asociados, en parte porque los «modernos» concurrieron a votar por temor a que los ortodoxos ganaran.
La existencia de dos listas casi con los mismos postulados provocó la división del campo no ortodoxo, y así fue que el Bloque Unido Religioso tendrá hoy 34 delegados, contra 30 de Kaúl/Avodá y 21 de Brukman/ Bergman. Los restantes cinco delegados están en manos de dos pequeñas agrupaciones, que podrían ser los árbitros del comicio.
Si las febriles reuniones para unificar candidatos que se llevaban a cabo anoche -y que seguramente seguirán hoy- no fructifican, no habrá mayoría absoluta y, por lo tanto, la Asamblea pasará a cuarto intermedio hasta mañana, cuando podría suceder lo mismo; habría entonces una tercera asamblea el jueves. En caso de que no se hubiera designado presidente por consenso, el lunes bastará mayoría simple para imponer candidatos, y en este caso ganarán los ultrareligiosos.
En esta instancia los ortodoxos estarían dispuestos a gobernar solos, justamente para imponer su programa que prevé -entre otras medidas- una mayor observancia en las entidades comunitarias del «shabát» (los clubes deberían cerrar los sábados), el «kashrut» (las reglas alimentarias) y el sepelio en el cementerio de Tablada sólo de quienes hayan sido convertidos al judaísmo por rabinos ortodoxos.
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