26 de enero 2007 - 00:00

''Con mi piano conquisté las ciudades que quise''

«Por paseo he viajado muy poco. Casi siempre he ido a lugares invitado por trabajo y siempre dejo mi impron-ta musical», afirma el «maestro».
«Por paseo he viajado muy poco. Casi siempre he ido a lugares invitado por trabajo y siempre dejo mi impron- ta musical», afirma el «maestro».
Una tarde salí a caminar por la costa marplatense con la intención de disfrutar del reflejo plateado del sol en el mar. Al llegar a la avenida Colón, vi un cartel con fondo negro que anunciaba que Mariano Mores tocaría nuevamente en esta ciudad. Pensé en ese instante en los miles de turistas que habían llegado a Mar del Plata para la segunda quincena, los que, a mi parecer, eran afortunados por partida doble: recién comenzaban su descanso y tendrían la oportunidad de deleitarse con la música ciudadana.
El cartel agregaba: «Una vida para el tango, gira despedida». Esas palabras me incentivaron para realizarle una entrevista al «maestro», ése a quien se lo considera uno de los grandes compositores de Iberoamérica y quien llegó a «internacionalizar» el tango a través de su particular dirección orquestal, para que cuente cómo era éste, su «último viaje» con la música.
Repasando su historia, me crucé con los acordes de «Cuartito azul», «Grisel», «Cristal», «Adiós, Pampa mía», «Cafetín de Buenos Aires», «Uno», «Taquito militar» y «Frente al mar».
Mientras lo esperaba en su casa de Mar del Plata, veía a sus bisnietos corriendo, y me di cuenta de que siempre en la vida de Mariano Martínez (tal su nombre original) la familia ocupó un lugar preponderante.
Fue un día que iba caminando de la mano con su padre que Mores tomó contacto con el tango. Escuchó desde un negocio «Melodía de arrabal» por Carlos Gardel. Pero fue a los 14 años, cuando su padre falleció, que se ve impulsado a ayudar en su casa. Desde ese momento comienza su trabajo como pianista, esa tarea que lo llevó a representar al país en todo el mundo con innumerables giras, tarea de la que se siente orgulloso, según cuenta. Arreglador y showman. Director de numerosas orquestas que lo llevaron a realizar giras por todo el mundo. Son todas las facetas de Mariano Mores, cuyos tangos fueron interpretados por numerosos músicos y cantantes. Conoció a Francisco Canaro y a Homero Manzi, con quien escribió «Una lágrima tuya». Recibió los premios Santa Clara de Asís, San Gabriel, Filiberto de Oro, La Orden de Caballeros de San Martín de Tours y fue declarado ciudadano ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

Periodista: ¿Si no hubiese sido por la música, cree que hubiera viajado tanto?
Mariano Mores: Por paseo he viajado muy poco. Casi siempre he ido a lugares invitado por trabajo, y lo hago como siempre, con mucha dedicación para dejar mi impronta musical, ya que estoy acostumbrado a hacer de mi trabajo mi quehacer diario. La gente sabe contemplarlo y es por esto que tengo muchos admiradores en todas partes.

P.: ¿Usted siente esa admiración, el aprecio de sus seguidores?
M.M.: Es posible que me quieran. Porque al público yo también lo quiero mucho. Así, si una persona se me acerca, es por algo que le interesa saber sobre mí o sobre mi actividad artística. Realmente para mí no hay diferencia, le doy el mismo trato a todos los que se me acercan.

P.: La suya es una familia cuyos integrantes son muy unidos, siempre tratan de compartir tiempo juntos. ¿Cómo hace para organizar esos tiempos?
M.M.: Ellos deben acomodarse a mis tiempos. La actividad de un artista tiene una agenda muy estrecha y, además, con tantos amigos que tengo el tiempo libre es muy poco. Al momento de desplazarnos nos organizamos previamente, pero de todos modos nos vemos mucho. En este espectáculo, en donde cantan Daniel Cortés, Gabriel y Silvia Mores, se incorpora también Ariel Mores. Estamos siempre juntos.

P.: ¿Qué ciudad de la Argentina elegiría para volver una y
otra vez?
M.M.: En la Argentina, Mar del Plata es una plaza que yo adoro. Después de mi casa en Buenos Aires prefiero estar aquí, en esta ciudad. Siempre intento venir sí o sí.
Cuando tengo que elegir un medio de transporte para viajar, no me fijo, puede ser avión, auto, que me lleven o acompañen. Pero cuando vengo de Buenos Aires a esta casa siempre prefiero conducir. El viaje puede demorar cuatro o cinco horas que las disfruto con tranquilidad, nunca tuve un inconveniente.

P.: Si tuviese la posibilidad de hacer un viaje al pasado, ¿modificaría algo?
M.M.: ¿Cambiar? No cambiaría nada. Sólo prolongaría la existencia del fin que concreto con la música, que es esta gira de despedida. Nunca consideré la música como un trabajo, al contrario, es un gusto, porque en parte, con la experiencia que uno toma de la vida, he tenido la fuerza para rechazar algo si no me gusta. Entonces no hago nada que no me guste. Pero ahora me estoy despidiendo, del
escenario, claro.


P.: ¿Considera que tiene alguna asignatura pendiente?
M.M.: En verdad, no. Soy afortunado. Casi siempre lo que he deseado lo he conquistado. He conocido los lugares que quería. Tengo la suerte de compartir el tiempo con personas que se han hecho amigas. La música es un medio que te asocia a la intimidad.

Entrevista de Luis J. Gervais

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