¿Quiénes suben y quiénes caen en la imagen presidencial de la región?

El presidente uruguayo alcanza 46,1% de aprobación y se consolida entre los mandatarios mejor valorados, en un ranking que lidera Javier Milei.

El último ranking regional muestra fuertes contrastes: liderazgos que ganan apoyo y gobiernos que profundizan su desgaste, pero Orsi se mantiene entre los mejor evaluados.

El presidente de la República, Yamandú Orsi, se ubicó en el cuarto lugar del ranking de imagen positiva de presidentes de Sudamérica, con 46,1% de aprobación, según el relevamiento de CB Consultora Opinión Pública correspondiente a diciembre de 2025.

El ranking es encabezado por Javier Milei (Argentina), quien lidera la medición con 48,3% de imagen positiva, seguido por Rodrigo Paz (Bolivia) con 47,6%, y Lula da Silva (Brasil) con 47,1%. La diferencia entre el primero y el cuarto es de apenas 2,2 puntos porcentuales, lo que refleja un escenario de alta paridad en la franja superior del ranking.

El dato de diciembre confirma que Orsi mantiene niveles de aprobación elevados y relativamente estables, en un país históricamente exigente con sus presidentes. Con casi la mitad del electorado evaluándolo positivamente, el mandatario se consolida como una figura bien posicionada tanto en términos políticos como institucionales.

Orsi, con respaldo sólido y baja volatilidad

Para analistas políticos y económicos, este respaldo funciona como un activo clave para la gobernabilidad, especialmente en un contexto regional caracterizado por volatilidad macroeconómica, tensiones sociales y cambios abruptos de expectativas.

En la comparación regional, Uruguay aparece nuevamente como una isla de estabilidad política, reflejada no solo en sus indicadores económicos sino también en la percepción ciudadana sobre el liderazgo presidencial.

Milei lidera el ranking en un contexto de ajuste extremo

El primer lugar de Milei se da en un escenario particular, ya que encabeza el ranking con 48,3% de imagen positiva, pese a llevar adelante el programa de ajuste fiscal más severo de la región. El dato refleja una polarización marcada: Milei combina altos niveles de aprobación con un rechazo también significativo, algo que contrasta con el perfil más moderado de Orsi, cuya imagen se apoya en consensos amplios y menor conflictividad política.

Para el mercado y los inversores regionales, esta diferencia no es menor: mientras Argentina apuesta a una transformación acelerada y disruptiva, Uruguay sostiene una estrategia gradualista, con énfasis en previsibilidad institucional.

El contraste regional: presidentes con baja aprobación

En el extremo opuesto del ranking aparecen los mandatarios con mayor desgaste político. Nicolás Maduro (Venezuela) cierra la tabla con 24,3% de imagen positiva, seguido por Gustavo Petro (Colombia) con 34,9%, y José Jerí (Perú) con 37,2%.

Estos países comparten escenarios de inestabilidad política, conflictividad social y fragilidad económica, factores que impactan directamente en la percepción ciudadana y en la confianza de los agentes económicos.

Variaciones del mes: estabilidad uruguaya frente a movimientos regionales

El informe también muestra que Uruguay no registró cambios bruscos en la percepción presidencial, a diferencia de otros países. El mayor crecimiento mensual fue para Jerí en Perú con una suba de +4,7 puntos, mientras que la mayor caída correspondió a Paz de Bolivia, con -4,1 puntos.

Esta estabilidad en la imagen de Orsi refuerza la idea de un liderazgo previsible, una característica altamente valorada por el sector empresarial y financiero, especialmente en un año en el que la región enfrenta redefiniciones políticas y económicas profundas.

Para Uruguay, el posicionamiento de Orsi entre los cuatro presidentes mejor valorados de Sudamérica no es solo un dato político. En clave económica, refuerza la confianza país, un factor determinante para la inversión extranjera, el acceso a financiamiento y la estabilidad de expectativas.

En un escenario regional donde conviven ajustes drásticos, crisis fiscales y tensiones institucionales, Uruguay vuelve a destacarse por una combinación de liderazgo político con alto respaldo ciudadano y continuidad institucional, un diferencial que sigue siendo observado con atención por los mercados.