• LOS PELIGROS DE LA POLARIZACIÓN. • EL SENADO Y LOS EFECTOS COLATERALES. El mundo financiero espera que la Casa Rosada convalide pergaminos cuando ya lleva un año y medio en el poder. El Presidente eligió nacionalizar una elección local y con eso levanta mas dudas. El radicalismo al margen.
"Los inversores se alejan a la misma velocidad con la que se acerca el pasado". La frase retumbó el fin de semana en cenáculos varios del oficialismo y responde al razonamiento más duro que deberá enfrentar Cambiemos en los próximos meses de campaña. La polarización absoluta entre Mauricio Macri y Cristina de Kirchner tiene como consecuencia directa para el gobierno la obligación ineludible del presidente de ganar esa elección para continuar con tranquilidad sus próximos dos años de mandato, frente a un mundo de inversores y banqueros que aún le están reclamando que demuestre que tiene el control político del país.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Es lo que le dijeron a la Casa Rosada la semana pasada cuando MSCI mantuvo a la Argentina como economía de frontera y no la subió a emergente, por lo menos hasta despues de la puja electoral. ¿Es definitoria esa sentencia para el futuro de las inversiones que el país espera? Desde ya que no (no es tanta la influencia de esos consultores), pero el problema es que Macri viene escuchando ese mensaje desde hace meses, cada vez que se encuentra con analistas internacionales que no están dispuestos solamente a endulzarle los oídos.
El "pasado que regresa" al que hace referencia esa frase, entonces, es la candidatura de Cristina de Kirchner y sus chances de unificar el peronismo, una vez que la consiga tras la PASO. Cualquier iniciado en análisis político en Argentina sabe que los peronistas no pueden resistirse a la pulsión por encolumnarse detrás del que gane. El macrismo jugó en la provincia a polarizar con la expresidente dividiendo al PJ al mismo tiempo. Hasta ahora lo logró en parte con Florencio Randazzo, pero la salud política del ex ministro del Interior aún esta en análisis. Sergio Massa, por otro lado, quizás sea más efectivo en esa tarea: él también esta buscando polarizar y hasta ahora no lo dejaron, pero quizás logre algo en el futuro próximo. Los radicales toda esta película la miran casi como extrapartidarios.
Hay otro capítulo que debe tenerse como prioritario en esta zaga que recién comienza. Tras la llegada de Macri al gobierno, una considerable porción de los gobernadores peronistas siguieron la lógica del movimiento y se despegaron de Cristina de Kirchner. Buscaron renovación con terminal VIP en el delegado premium de las provincias justicialistas y jefe del bloque en el Senado, Miguel Pichetto. En Diputados, pero con menor influencia, se insinuó un fenómeno similar comandado por Oscar Romero y Diego Bossio.
"El peronismo siempre tuvo sed de poder, pero ahora somos una ameba y necesitamos renovación. Tuvimos un año y medio para reorganizarnos y la única que apareció, por cómo se dieron las cosas, fue Cristina. Insólito", se quejaba ayer un operador de los pasillos del Palacio. La referencia y el peligro son obvios: con Cristina de Kirchner en el recinto del Senado cambia el ambiente en el que el PJ hasta ahora acordó leyes y pacificación con el oficialismo. No hay mejor herramienta para incomodar a un peronista en los recintos que correrlo por izquierda. Pichetto logró evitar esos sofocones, Cristina de Kirchner los multiplicará.
Macri y su círculo más íntimo están convencidos que tienen votos suficientes en la provincia para doblegar a Cristina de Kirchner. Hay que estar muy seguro de ganar para decidir nacionalizar la elección de senadores en una provincia como lo hizo el macrismo, colocando candidatos en las cabezas de lista que necesitan si o si, de una campaña presidencial de respaldo.
Un dato aparte en esto. María Eugenia Vidal no estuvo del todo convencida, se asegura, de la decisión final que Macri y Marcos Peña tomaron sobre la lista bonaerense. Ella fue quien forzó el pase de Elisa Carrió a la Capital Federal. El PRO después le comunicó a la chaqueña que igual la necesitaría para hacer campaña en la provincia. Ahora bien, lo que no le advirtieron a Carrió es que debería trajinar dos distritos al mismo tiempo, y en uno de ellos para apoyar a una candidata que la abandonó en otros tiempos de la peor de las formas. Graciela Ocaña, ahora en mejor relación con la chaqueña, será un problema digestivo a atender por Carrió.
Como se dijo, el mundo financiero quiere saber cómo maneja políticamente Macri el país. En ese horizonte la llegada o alejamiento de Cristina de Kirchner al poder es una referencia obligada. A los ojos de inversores incrédulos, tras décadas de ver promesas de reformas incumplidas por el país, el futuro Judicial también entre en ese juego.
Desde el sábado a la medianoche, Cristina de Kirchner se blindó de cualquier chance de quedar detenida en alguna de las causas judiciales que se le siguen. El juez que se anime a hacerlo será acusado inmediatamente de intentar proscribirla. Y una vez que su candidatura este firme los fueros harán el resto. Es evidente, entonces, que el macrismo perdió una buena parte de la batería de acusaciones sobre el pasado kirchnerista. Macri eligió polarizar con la expresidente y con eso venían también los efectos secundarios.
Dejá tu comentario