15 de noviembre 2021 - 00:23

Carne porcina: los criadores tienen un buen 2021 pero hay dudas acerca de 2022

El mercado mundial de la carne de cerdo vive momentos de enorme turbulencia debido a la menor demanda ejercida por China. Con la Peste Porcina Africana casi erradicada, la dependencia de las exportaciones para abastecimiento se redujo drásticamente y eso provocó una sobreoferta de carne porcina.

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Si hablamos de alimentos, lo que pasa en China siempre impacta en todo el mundo, desde Europa hasta América. Cuando los asiáticos quitan el pié del acelerador, caen los precios a nivel global y comienzan a encenderse las señales de alarma.

En nuestro país, las ventas al exterior de carne de cerdo se contrajeron un 80% en el tercer trimestre de 2021. Esta abrupta caída provocó que los envíos descendieran de 31,891 toneladas exportadas en 2020 a 28,468 toneladas en los primeros nueve meses de 2021, a pesar de que los envíos estaban hasta junio alrededor de 10.000 toneladas por encima en la comparación interanual.

Con estos datos, ya se puede anticipar que el 2021 terminará con la primera caída de las exportaciones desde que Argentina comenzó a comercializar carne de cerdo en el exterior en 2017. El año cerraría con un volumen de 35.000 toneladas (7.000 toneladas menos que en 2020), cuando se esperaba que alcanzara el récord de 60.000 toneladas.

MERCADO INTERNO

No todas son malas noticias. Mientras los precios internacionales bajaban por el ascensor, en el mercado interno los precios de la carne de cerdo -impulsados por subas en la carne vacuna- comenzaron a tomar temperatura y permitieron que el negocio recuperara rentabilidad. Según Juan Luis Uccelli, consultor del sector porcino, lo que se dejó de exportar se absorbió en el mercado doméstico y eso motivó que el precio del cerdo pagado al productor aumentara de U$S 1,26 a U$S 1,35 el kilo vivo e incluso se llegara a pagar U$S 1,53 en momentos de alta demanda.

Tal es así que el consumo de cerdo se incrementó y según los últimos registros se ubicaría en 20,5 kilos per cápita por año: dos kilos de chacinados y 18,5 kilos en carne fresca. En agosto el consumo rondaba los 16,16 kilos y en menos de un trimestre se incrementó fuertemente.

Según Uccelli, “la gente come mas carne de cerdo porque tenemos un diferencial con la carne vacuna que si bien se achico, sigue siendo muy amplio. El pechito tiene una diferencia con el asado que ronda el 35%. En el caso de los cortes para milanesa como bola de lomo, nalga, cuadril, cuadrada, se pagan en las carnicerías $470 contra los $670 de la carne vacuna. Y si nos vamos a la paleta que sirve para guisado, tenemos una diferencia superior al 70%. Todo esto provocó que la carne de cerdo entrara en las casas y que se consuma en muchos casos hasta dos veces por semana.

Esta situación se mantendrá siempre y cuando al consumidor “le convenga” o le sea “tentador” elegir la carne de cerdo por sobre la vacuna.

PREOCUPAN LAS IMPORTACIONES

Algo que inquieta al sector productivo es que se hayan incrementado las importaciones en los últimos meses. Sólo en octubre alcanzaron un pico de 6.032 toneladas y acumulan un aumento del 94,5% en los primeros 10 meses de 2021 con respecto al mismo período del año pasado.

Según Uccelli, “la caída de los precios internacionales y el retraso cambiario se convirtieron en una oportunidad para quienes permanecen “atentos” al negocio. “Estamos trayendo un producto que tenemos en la Argentina y mandamos al exterior algo que escasea, que son dólares. En octubre se fueron u$s15 millones para pagar esa carne que llega al consumidor a precios que no son competitivos. “Esta situación no sirve para nada, porque no frena la suba -que en realidad va unida al precio del vacuno- y al mismo tiempo enviamos dólares al exterior para que ganen y hagan su negocio unos pocos importadores”.

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