27 de noviembre 2023 - 00:00

Girasol: del boom a una campaña "con buenas expectativas"

A punto de finalizar la siembra en las regiones del sur, el girasol también podría tener una campaña destacada en el actual ciclo agrícola.

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Las últimas campañas agrícolas quedarán en la memoria de todos los productores agropecuarios. La sequía le dio de lleno al entramado productivo y es probable que la recuperación total conlleve varios ciclos de buenas lluvias.

Sin embargo, en medio de una temporada 2022/23 marcada a fuego por la falta de precipitaciones y una ola de calor devastadora, el girasol se destacó entre todos los cultivos y logró mantenerse en pie en medio del desastre.

El girasol, la “otra” oleaginosa que compite con la soja, generó durante 2022 exportaciones por más de u$s1.800 millones y se posicionó como el séptimo complejo exportador del país.

Eso se debió fundamentalmente al alza de los precios internacionales que desde antes del inicio del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Iniciada la guerra entre los mayores productores y comercializadores de girasol a nivel mundial, los precios se dispararon y los productores locales se aferraron a la idea de aprovechar esa ventana de oportunidad.

En aquel entones y a contrarreloj se logró aumentar en un 25% la superficie sembrada con girasol en relación al año anterior y se implantaron 2,5 millones de hectáreas. Según los datos de la Bolsa de Comercio de Rosario, en la campaña 2022/23 se logró la mayor producción del siglo, con 4,73 millones de toneladas.

El interés de los agricultores también tuvo un impacto positivo en la actividad industrial de la maquinaria agrícola. Guillermo Bonillo, gerente de ventas de Mainero, explicó a Ámbito que la demanda de cabezales girasoleros se incrementó fuertemente en los últimos años, con ventas que se duplicaron año tras año.

AVANCE DE LA SIEMBRA

El último reporte semanal de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires indica que el cultivo mostró un progreso intersemanal de siembra de 9,7 puntos porcentuales, cubriendo a la fecha el 94,4 % de las 1,85 MHa proyectadas para el ciclo en curso.

Francisco Perez Brea, gerente de marketing de NK Semillas, aseguró en diálogo con Ámbito que “las lluvias que llegaron en octubre hicieron que se recompusiera el perfil en la Pampa y el oeste de la provincia de Buenos Aires. Allí se sembró todo lo que se había previsto y en el sur también se esta avanzando muy rápido. Hubiéramos podido sembrar más, pero dependemos del clima. Igual va a ser una buena campaña, los cultivos están arrancando muy bien, porque lo hicieron con humedad, así que los lotes se están implantando bien y tenemos mucha expectativa de que sea un buen año para el cultivo”.

Con la campaña en marcha, habrá que ser lo suficientemente estratega para proteger al cultivo. Nicolás Bosco, responsable de marketing de Ligier -una empresa del Grupo Bee- aseguró en diálogo con Ámbito que para esta tarea será fundamental “la incorporación de coadyuvantes en las aplicaciones de herbicidas. Bosco destacó que uno de los productos que acaban de lanzar al mercado “genera muy buena calidad de aplicación y cantidad de gotas por centímetro cuadrado. Allí el valor agregado que tiene es que minimiza la deriva porque reduce la cantidad de gotas chiquitas que se forman a la salida del pico de la pulverizada”.

Este tipo de tecnologías son muy importantes para el girasol porque post sequía con la proliferación de la soja con tecnología “enlist” (que permite aplicar sobre la soja 2,4-D y glufosinato, herbicidas a los que el girasol es sensible) al aplicar este producto se puede evitar la deriva de la soja hacia el girasol para no afectar el cultivo si los lotes están cerca.

Mas allá de las cuestiones zonales, la campaña avanza a paso firme. Jorge Ingaramo, economista y asesor de la Asociación Argentina del Girasol (ASAGIR), aseguró en diálogo con Ámbito que la siembra de este año probablemente finalice con 1,85 millones de hectáreas. Según el especialista “la expectativa era que hubiera 200.000 hectáreas más, pero no se lograron porque pasó la fecha de siembra sin que llegara el agua en el centro norte de Santa Fe y el Chaco. Con estas premisas, se espera una producción de 3,8 millones de toneladas”.

En cuanto a los precios, Ingaramo recordó que “hay que sumarle al valor local las bonificaciones, que rondan el 13%. El precio local de $ 140 mil no incluye esa bonificación y si el productor mira la cotización de la soja (que tiene un precio muy alto en Argentina por la bajísima producción) es natural que tenga poco interés en el cultivo”.

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