La próxima campaña de maíz se encamina a marcar un punto de inflexión para la agricultura. Tras dos años con fuertes caídas de área sembrada y márgenes ajustados, el sector privado proyecta una recuperación significativa, empujada por mejores condiciones climáticas, un paquete tecnológico más robusto y la necesidad de volver a rotaciones más equilibradas. Sin embargo, la discusión impositiva, en especial sobre los derechos de exportación, sigue generando tensiones en un momento donde la rentabilidad aún es frágil.
El maíz se prepara para recuperar protagonismo: mejora el clima productivo, pero persisten los desafíos impositivos
Los productores y las empresas coinciden en que habrá una mejora del área sembrada con foco en genética adaptada, sanidad y herramientas digitales, pero en el sector exigen condiciones impositivas más previsibles.
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En el Congreso maicero, productores y empresarios coincidieron en que, sin una transformación estructural que incluya el frente tributario, cualquier recuperación corre el riesgo de ser transitoria.
Desde el escenario central del Congreso Maizar 2025, Federico Zerboni, presidente de la asociación, fue categórico: “No hay producto en el mundo que resista un 33% de retenciones. Hoy el cultivo de maíz no es rentable y el productor está en el límite. Por eso exigimos que el gobierno tome conciencia y genere condiciones para producir”. En un contexto donde la rentabilidad depende exclusivamente de la eficiencia productiva, el dirigente advirtió que sin transformación integral —que incluya cambios fiscales, mejora logística y políticas tecnológicas— el país quedará atado a un modelo primario vulnerable a la baja de precios internacionales.
En diálogo con Ámbito, Zerboni también marcó una advertencia sobre el futuro inmediato y preciso que “el que diversifique va a sobrevivir. El que se quede con un solo producto va a desaparecer. Los países vecinos están transformando su maíz en proteína, etanol y energía. Nosotros no podemos seguir siendo exportadores de grano sin valor agregado”. Su llamado a una política coordinada público-privada resonó con fuerza entre los asistentes y sentó el tono del resto de las exposiciones.
En términos de política agropecuaria, quedó claro que el reclamo por la eliminación de retenciones no perdió fuerza. Si bien es un hecho concreto que el gobierno nacional muestra señales de estabilización macroeconómica, los referentes del agro pidieron reglas claras, políticas más coordinadas y previsibilidad fiscal “para no quedarnos a mitad de camino”.
Según un relevamiento realizado por Ámbito al recorrer el Congreso maicero, productores y empresarios coincidieron en que, sin una transformación estructural que incluya el frente tributario, cualquier recuperación corre el riesgo de ser transitoria. La presión tributaria sobre el maíz —que carga con retenciones del 12% y tributos provinciales y municipales— sigue siendo vista como una traba estructural que desalienta la inversión productiva.
Optimismo en el sector maicero
En paralelo a esos reclamos, los protagonistas del negocio del maíz compartieron un análisis técnico optimista. Segundo Delor, gerente de marca de Illinois, remarcó que lo que se espera no es tanto un crecimiento genuino, sino una recuperación del área perdida en 2024, cuando se sembró hasta un 30% menos que el ciclo anterior. Con portafolios enfocados exclusivamente en híbridos de maíz, Illinois proyecta captar la demanda creciente con materiales adaptados a zonas de presión sanitaria elevada. En diálogo con Ámbito, detallo que “la clave está en ofrecer buenos pisos de rendimiento, especialmente en zonas donde no se busca tanto potencial, sino estabilidad”.
Desde BASF, el enfoque también es positivo. Ricardo Ortega valoró el impacto del último invierno crudo, que modificó el panorama de la chicharrita y redujo significativamente el riesgo sanitario para esta campaña. En diálogo con Ámbito explico que “la chicharrita está hace 20 años, pero ahora tenemos datos y herramientas. Si el invierno se comporta normal, no habrá problemas graves”. La compañía reforzó su estrategia con el lanzamiento de dos nuevos híbridos y apuesta fuerte por la digitalización a través de la herramienta Xarvio, que permite, por ejemplo, mapear malezas con drones y ahorrar hasta un 60 % de insumos. Para Ortega, “la tecnología no es un accesorio: es el núcleo de un maíz eficiente, rentable y sustentable”. Además, destacó la integración de soluciones para siembra variable, fertilización por ambiente y manejo integral que se apoya en inteligencia agronómica y uso eficiente de recursos.
En el norte de Santa Fe, una región clave para los planteos mixtos de carne y leche, Leo Galli, gerente regional de Supra Semillas, destacó que las lluvias recientes están recargando los perfiles de suelo y despejando las dudas de muchos productores. En diálogo con Ámbito, Galli precisó que “cada milímetro de agua caída cuenta. El año pasado muchos se volcaron al sorgo o directamente abandonaron el maíz por miedo al espiroplasma. Pero esta vez hay confianza para volver”. La compañía ofrece una paleta completa para silaje y grano, con híbridos de alta digestibilidad y adaptabilidad, y los tropicales, muy buscados por su sanidad y rendimiento. Galli ve señales claras de que “el maíz volverá a rotaciones más balanceadas, especialmente en zonas donde se retrajo un 60% el año pasado”.
En tanto, la propuesta de Bayer presentada durante el evento apuntó a consolidar el concepto de Sistema Integral de Maíz, que combina genética, manejo agronómico, digitalización, nutrición y sustentabilidad. En palabras de Maximiliano Cueto, líder regional para maíz y protección de cultivos, “el productor empieza a dejar atrás la lógica del costo por hectárea y se enfoca en cuánto cuesta producir cada tonelada de grano. Ese cambio de enfoque es clave para decisiones más estratégicas”. Según datos presentados por la compañía, la brecha de rendimiento en Argentina alcanza el 34%, y puede cerrarse definiendo mejor los ambientes, ajustando densidades, manejando nutrientes y controlando enfermedades con precisión.
Según Cueto, “cerrar esa brecha refuerza la posición de Argentina entre los productores de maíz más importantes del mundo y permite construir la base para la recuperación del área, que estimamos va a ser cercana al 18%”. Bayer también adelantó que en la campaña 2026/27 estará disponible en Argentina su tecnología PRECEON – Smart Corn System, que incluye maíces de baja estatura con mayor tolerancia a vuelco, mejor acceso para manejo y recomendaciones agronómicas específicas por lote.
El maíz vuelve a ser protagonista
Con estos elementos sobre la mesa, la campaña de maíz 2025/26 se proyecta como una temporada de recuperación, con mayor estabilidad climática, mejor disponibilidad de insumos y un fuerte respaldo técnico por parte de la industria. Pero también queda claro que sin cambios impositivos, mejoras en infraestructura y financiamiento, y políticas públicas alineadas, esa recuperación podría ser insuficiente para consolidar al maíz como motor del agro argentino en el largo plazo.
Además, el impulso del maíz no solo es relevante por su aporte directo en volumen, sino por su capacidad de dinamizar cadenas como la carne, el bioetanol y la exportación de valor agregado. El Congreso Maizar volvió a poner en agenda la necesidad de pensar al cultivo como plataforma de desarrollo territorial, con enfoque federal y mirada de largo plazo.
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