En horas Alcoa arrancará la lista de empresas que dan a conocer sus últimos estados contables. Por desgracia y si bien el Dow trepó 0,21% cerrando en 12.423,81 puntos, es claro que si el mercado apostó ayer a algo (y con el bajo volumen negociado las apuestas debieron de ser mínimas), esto no fue ni a que el ultimo trimestre fue excelente ni tampoco a que las proyecciones para el primero de este año serán mejores de lo que algunos temían.
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Es que 0,97% que perdió el mayor fabricante de aluminio del país, en conjunción con el hecho que recién a partir de las dos de la tarde las blue chips se colocaron del lado ganador, demuestran que "optimismo" no es precisamente lo que mas abunda.
Claro que tampoco podemos hablar de pesimismo. De hecho hace mucho que la mejor definición que le cabe al mercado bursátil es la de "chato" (no hablamos ni de suba ni de baja, sino de volatilidad: ya van 176 ruedas consecutivas en las que el S&P 500 mantiene acotado sus movimientos debajo de 2%).
Decir que la sorpresa vino entonces por otro lado no debería sorprender a nadie. Tras arrancar con una suba de mas de 2 por ciento, el precio del petróleo dio por la tarde "media vuelta en el aire" y terminó la sesión "abajo" en u$s 56,09 por barril. Algunos culparon a los vaivenes del clima y a la OPEC (cada día menos creíble), mientras otros centraban su atención en algo no tan visible pero más concreto como son los movimientos de cartera de los grandes invasores institucionales.
Hay quien quiso vincular la racha positiva de última hora con algún comentario "favorable" desde la Fed, pero lo cierto es que la ola alcista tuvo más que ver con nombres como General Motors, IBM, Microsoft y Gap (cada una con razones particulares), con la baja del petróleo y con la cobertura de carteras que con los intentos de Donald Kohn (el "vice" de Bernanke) de minimizar las implicancias de la inversión de la curva temporal de tasas de interés.
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