Ayer fue caída afuera, menor adentro, todo esto envuelto en turbulencias de todo origen-(donde no faltó un atentado que pudo ser abortado, en plena Europa) y a partir de datos de la economía norteamericana, que dieron paso a lecturas que resumen los inocultables deseos. La síntesis dice que al darse a conocer índices de empleo débiles, pero no tanto, los llamados «estrategas» de casas de inversión se vieron decepcionados. Porque proclaman necesitar datos todavía peores, como para lograr que la Fed les baje las tasas: la gran meta buscada. Un disparate de las mentes modernas, pero que se vio reflejado en un Dow Jones con 1,11% de baja, replicando en el Bovespa con algo más: 1,5% de retroceso.
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Finalmente, un Merval que está fuera de todo encuadre con el mundo y que la pudo sacar más aliviada. Porque apenas decayó 0,34% y hasta con el atenuante de ver a una Tenaris -papel esencial-con rebaja de 2,2% que le jugó de fuerte lastre al índice ponderado. Viendo la suba de algunas especies, hasta podía haber quedado con alzas en la rueda de ayer.
Un mínimo de 2.033, con máximo en 2.066 y el cierre en 2.061 puntos. Leve cabeceo negativo como para darlo por bueno por comparación.
Y el volumen
Siguió en la tónica que venía. Denotando el problema de liquidez que se vive en el sistema financiero, con tasas y dólar candentes, la Bolsa porteña solamente reunió $ 64 millones en órdenes. Y con una participación mínima sobre los totales, de apenas 5%. En cambio, las «cauciones» actuaron a pleno, con $ 166 millones... y en alza.
Faltaba el acompañamiento musical, pero la letra que se está escribiendo en los mercados responde a la de los tangos más sensibleros. Cabe destacar lo de Hipotecario y Mirgor, las dos con más de 7% -fuera de contexto-que resultaron altamente gananciosas. La Bolsa, comprimida.
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