11 de octubre 2006 - 00:00

Chávez teme invasión de EE.UU. (pero va a ser con productos)

La Guaira, Venezuela ( Reuters) - El presidente Hugo Chávez recientemente comenzó a entrenar a sus seguidores en la ciudad portuaria de La Guaira organizando una guerrilla de resistencia para hacer frente a una eventual invasión estadounidense.

Pero algunos dicen que la invasión ya está en camino, no con tropas vestidas de camuflaje, sino más bien con whiskies de 18 años, exclusivos perfumes y automóviles de lujo.

La rica nación petrolera importó mercancías por casi u$s 24.000 millones el año pasado, 40% más que en 2004, debido a que los crecientes ingresos energéticos han aterrizado en los bolsillos de los voraces consumidores.

«Para mí es bueno porque me da más trabajo, pero es preocupante porque mientras más importa Venezuela, menos produce», dijo Rusvel Gutiérrez, agente de importación, en su oficina de La Guaira con vistas al litoral caribeño del país.

El auge importador es uno de los numerosos signos de que los abundantes petrodólares que impulsan la economía a tasas de crecimiento récord también están creando una dependencia del crudo que podría convertirse en un problema para el país y los inversores si los precios del petróleo continúan bajando.

Los precios del crudo han retrocedido en los mercados internacionales cerca de 25% en los últimos tres meses, después de marcar máximos históricos de u$s 78,4 el barril en julio de este año.

El crecimiento económico de 9,3% y un descenso del desempleo de 6,6 puntos porcentuales en 2005 fueron buenas noticias para todos, desde las madres pobres del barrio que votan por Chávez hasta los banqueros de Wall Street, que recomiendan comprar deuda soberana del país.

A pesar de la fiera retórica izquierdista de Chávez, que incluye frecuentes acusaciones sobre un complot de Washington para sacarlo del poder, los ingresos petroleros están a niveles tan altos que Standard & Poor's mejoró este mes la perspectiva de la calificación crediticia del país a «positiva» de «estable».

  • La maldición del petróleo

    Pero más allá de las altas cifras petroleras subyace una economía doméstica muy atrofiada por su dependencia de la rápida liquidez que da el crudo, un problema que a menudo se ha calificado como «la maldición del petróleo».

    La inflación avanzó en setiembre 15,3% interanual, la más alta de Latinoamérica, a pesar del control de precios vigente, mientras que el gasto gubernamental y el suministro de dinero se dispararon 51% en 2005.

    Si bien los petrodólares continúanfinanciando el flujo de importaciones, los ingresos por exportaciones no petroleras en el segundo trimestre cayeron 14,7%, según cifras del banco central.

    Líderes industriales dicen que los dos aumentos de salario mínimo decretados este año y una sobrevaluación estimada de la divisa venezolana de 30% han hecho muy complicado para la industria doméstica del país competir en el exterior y, en ocasiones, en el mercado local.

    Aun cuando Chávez celebra el gigantesco crecimiento económico, también ha reconocido los problemas subyacentes.

    «Tenemos que dejar de ser un país que sólo exporta petróleo y debemos recuperar nuestra capacidadde producción (...) para bajar las importaciones, porque importamos demasiado», dijo recientemente al prometer enfrentar la inflación.

    Pero sus críticos dicen que Venezuela está volviendo a los días del boom petrolero de la década de 1970, cuando la nación gastaba desmesuradas sumas de dinero en ambiciosos planes de desarrollo sólo para volver a caer en la pobreza años más tarde cuando los precios se desinflaron.

    «Estamos viendo muchas cosas que vimos hace treinta años», dijo Terry Lynn Karl, un profesor de Stanford que relató en «La paradoja de la plenitud» los años del auge petrolero en Venezuela durante la década de 1970.
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